Opinión | Notas de domingo

Mal de oídos

Aturdimiento, un acto social, un desplazamiento y añoranza, anticipada, de junio

«Necesito Feria ya», le dice una chica a su amiga. En la imagen, una mujer disfruta de la Feria del Centro el pasado año.

«Necesito Feria ya», le dice una chica a su amiga. En la imagen, una mujer disfruta de la Feria del Centro el pasado año. / Álex Zea

Lunes. Aturdimiento. Oídos taponados. Quizás por el exceso de buceo el día anterior. La sordera lo sumerge a uno en un mundo hostil y lo vuelve hosco y desconfiado. Rehuyo el contacto con la gente y los compañeros. No oigo. Ni quiero escuchar a nadie, por cierto. Busco consejo en la farmacia en lugar de buscarlo en Google. Extrañamente. Me dan unas gotas milagrosas. Los días inolvidables lo son gracias a jornadas como esta. Tan prescindibles. Mal día para leer al pesimista de Pessoa.

Martes. Copetín a los colaboradores y tertulianos del programa Málaga aquí y ahora, de Canal Málaga, que presenta Paula Mercado. En Ultramarinos Benjamín. Me encuentro al exsecretario provincial de CCOO, Francisco Gutiérrez, que tiene el buen color de los que moran junto a la mar rinconera; al exsenador Joaquín Ramírez, en plena forma dialéctica; a la letrada que fuera concejala, Esther Molina, al arquitecto Francisco Sarabia, a la periodista Mari Luz Aguilar Galindo, al presidente de los hosteleros, Javier Frutos, a Reme Martel y al abogado Diego Martín Reyes entre otros. Entre otros es un buen comodín para englobar gente que no sé cómo se llama o de la que no me acuerdo o que me arrebata una croqueta. Jamón, incluso. En la excesiva variedad está el malestar estomacal, así que opto mentalmente por elegir solo dos alimentos de los muchos que rulan: cerveza y queso. El director gerente del Canal, Fernando del Valle, nos lanza unas atinadas palabras de agradecimiento y afecto ensalzando la pluralidad del programa. Es todo un género, que a mí me parece muy difícil, el de los brindis. Hacer un brindis es fácil. Hacer un buen brindis, complicado. Caminando de vuelta a casa, me da por pensar (sopesando si no tendrían que haber tomado algo más de queso) dónde andará un borrador de librito, titulado Manual del mal tertuliano, que redacté hace unos años. Era de tono irónico, claro. La ironía a veces en la tele no se entiende. En la radio, casi nunca. Irónicamente lo digo.

Miércoles. Está de moda el concepto de singularidad. Tantos singulares suman un plural, claro. Sin embargo, los que se proclaman singulares y exigen privilegios niegan la singularidad a los demás: consideran al resto uniformes. O sea, niegan la pluralidad. Que es lo más antidemocrático.´

Jueves. Hay un cielo plomizo en Sevilla, inopinado, raro, con muchas nubes. La gente camina, por tanto, fin de junio, alegre y aliviada sin calor. Animación. Desayunerías que bullen. Charlo con José Antonio Carrizosa, articulista y exdirector de Diario de Sevilla, periodista curtido y con buen tino para el análisis político al que en el plató llaman cariñosamente Carri. Almuerzo un serranito cerca de la estación, donde una señora me reconoce y me dice que soy más guapo en la tele. No sé qué decir, así que no digo nada. Lo de decir siempre algo está sobrevalorado. No hay que opinar de todo. Está uno a veces mejor callado. Y más guapo.

Viernes. «Necesito Feria ya», le dice una chica a su amiga a la altura del ajado edificio de Hacienda, caminando hacia la Alameda. Me estoy haciendo coleccionista de frases. Y hoy ha sido un buen día para la recolección: en el 14, llegando al paseo de la Farola, dice una señora a su interlocutora telefónica: «A mí me quitan el pan y me quitan la vida». Pienso en lo muy de acuerdo que estoy con ambas proclamas, en las que subyace sabiduría, ganas de vivir, un pelín de hastío vital y, no contradictorio, un cierto cuerpo cachondón de verano, hedonismo y buen yantar. Ceno alcachofas. No deberíamos dejar pasar este mes sin repasar Junio, de Pablo García Baena. Un prodigio de sensualidad y goce estético. Dónde se habrá metido la brisa.