Opinión | Viento fresco

Manténgase alerta: es la vida

Extraño junio, con alerta por lluvias y hasta frío en ocho provincias. Un junio de tardes infinitas, vigilante de «los cuerpos que duermen intranquilos»

Hombre bajo la nube.

Hombre bajo la nube. / L.O.

Ocho provincias están en alerta por lluvias y tormentas, dice el titular del periódico en pleno ocaso del mes de junio.

Esta no es una columna sobre el cambio climático, bastante turra le dan ya a usted, pero sí podría ser sobre el cambio de humor, el desconcierto y la indecisión indumentaria.

Lluvia y hasta frescor en plena decadencia de este mes siente uno, cuando ya esperaba a porta gayola el calorazo, el terral, las pocas energías y el ansia de mar y aire acondicionado.

Junio, título del inolvidable libro de Pablo García Baena. Junio: «Que exprimes tus racimos fecundos en las siestas / sobre los cuerpos que duermen intranquilos / unidos estrechamente a la tierra que tiembla bajo su abrazo / con la mejilla desmayada sobre la paja de las eras». No es el mes más cruel y sí nos trae las primeras siestas largas, los exámenes, la vacación del radiofonista, los planes viajeros, las ofertas aéreas, las eurocopas, las tardes infinitas y las sobremesas con el lícor de la amistad. Y el niño porculizando con la pelotita.

En junio es pecado tener prisa y hay un placer culposo en demorarse en la cama con la habitación fresca, la almohada sedosa y la incitante oscuridad que espanta el calor. Junio es el pariente pobre de julio pero yo lo prefiero por lo que tiene de expectativas. Igual que prefiero octubre a septiembre, por mucho que no sea plan echar a pelear los meses en este texto. Y por mucho que esta afirmación, amigo lector, le cause un desacuerdo profundo e inclusive un malhumor como de lunes de enero. La pelea entre los meses es la guerra civil del año.

Hay que disfrutar junio como se disfruta el primer mordisco a un melocotón a media mañana. Se está acabando, se nos va de las manos. Hay que estar alerta. Como esas provincias que lo están por la extraña meteorología. Alerta porque ya no vuelve. Habrá otros pero este junio ya no. Se oyen gaviotas y la vista topa con un congreso de olas. Sardinas al anochecer.