Opinión | Viento fresco

Aventuras de un Rey en el Báltico

Casi lo dejan solo en su gira por Estonia, Letonia y Lituania. Pero como es políglota puede no hablar con nadie en varios idiomas

Felipe VI.

Felipe VI. / EFE

Más solo que un Rey. Felipe VI inició una gira por los países bálticos, Estonia, Letonia y Lituania sin que estuviera previsto que un ministro lo acompañara. Finalmente, tal vez por un cierto estruendo mediático, la titular de Defensa, Margarita Robles, lo acompañó parcialmente. A este Gobierno se le olvida el Rey como se le olvidan a uno las llaves. El monarca tenía previsto pasar revista a tropas españolas de la OTAN y entrevistarse con los dirigentes de los países citados, que son chiquitines pero importantes y que temen a Rusia más que a una vara verde. El tour báltico está de moda en las agencias de viaje una vez que nos hemos cansado de los fiordos y del consabido Viena, Praga y Budapest.

Hay españoles que nunca han tomado café en el Parador de Lerma o que no conocen la Alhambra pero pueden dictar una conferencia sobre los tipos de cervezas checa o los horarios de los barquitos que en Budapest te llevan a dar un garbeo por el Danubio, que está lleno de literatura, épica, historia y melancolía en algunos tramos y en otros registra un hedor a carpa que incita a refugiarse en el bar de la embarcación tomando un licor de ciruela. Si hoy es jueves esto es Riga, podría pensar el monarca una mañana cualquiera de esta gira; igual que lo piensa quien se embarca en una de esas en las que se ven tropecientas ciudades en muy pocos días y uno no se acuerda de si ha visto tal cuadro o tal museo en Siena, Roma o Florencia.

En esta gira, el Rey tenía previsto visitar el buque anfibio portaeronaves ‘Juan Carlos I’, que está atracado en el puerto de Tallin. Qué grande es esto y qué solo estoy, pensará don Felipe, mientras que parte del Gobierno piensa que el mejor Rey es el que esté fuera de España. A su vuelta tendremos un Rey más viajado, palabra que se parece a ‘vejado’. El Gobierno le ha regalado al monarca por sus diez años en el trono un viaje a solas, modalidad de desplazamiento que gusta mucho a los solteros. No sabemos si se habrá cogido un calentón pero daríamos (casi) lo que fuera por estar en latitudes fresquitas como las bálticas ahora que aprieta el calor. Aquí hace hasta frío, le dirá Felipe a Letizia por whatsapp, dado que no puede decírselo en persona a un ministro, tal vez a Robles a ratos. Un ministro siempre hace compañía, te puede llevar el paraguas y tiene conversación y se puede compartir con él o ella ratos de esparcimiento o hablar de la Eurocopa. Más tema de conversación tiene con un rey, claro, si es republicano. El Rey es políglota, pero como en buena parte del viaje lo han dejado solo, habrá podido no hablar con nadie en varios idiomas. Están para poner una agencia de viajes.