Opinión | La Bodeguilla

Al PSOE le crece otra curva en Carratraca

El socialismo se pregunta qué se ha hecho mal para que su única concejala apoye al PP en la moción de censura carratraqueña

Al PSOE le crece otra curva en Carratraca

Al PSOE le crece otra curva en Carratraca / La Opinión

En otros tiempos, no tan lejanos, el transporte público tardaba el doble de tiempo -o más- que ahora en conectar a ciertos pueblos de la Serranía de Ronda y la comarca del Guadalteba con la capital malagueña. Algunos de aquellos trayectos no escatimaban en paradas, desvíos y rodeos, de tal modo que el viaje se eternizaba y servía situaciones especialmente cansinas y ralentizadas. Sobre todo, cuando el autobús circulaba por las famosas «curvas de Carratraca». Aquella carretera de montaña, por la que se continuaba en dirección hacia Álora, sigue a día de hoy trazada en la memoria de varias generaciones, que reincidían en sus idas y venidas a la ciudad desde el interior de la provincia. Tan inolvidable puede llegar a ser aquella maltrecha serpiente de asfalto que a quien escribe estas líneas le vale de socorrida metáfora, en su intento de abordar otro capítulo más del prolífico e inagotable vía crucis en el que anda inmerso el PSOE de Málaga.

Precisamente, en Carratraca ha sido dónde estos últimos días a la dirección provincial que capitanea Dani Pérez le ha crecido otra curva. O le ha aflorado un bache para volverse más profundo. Más allá del símil que se emplee, la moción de censura registrada en esta localidad contra Izquierda Unida, por tres ediles del PP y la única representante que sacó el PSOE el 28M, ha arrojado una dimensión muy sintomática de la debilidad que acecha al partido del ‘puño y la rosa’, a lo largo y ancho de la provincia desde que Pérez es su líder.

Al parecer, la aliada que se han buscado los populares -o los ha buscado, quién sabe- actuaba por su cuenta. Iba por libre hasta el punto que saltaban a la vista sus coqueteos con los embajadores carratraqueños de ‘la gaviota’, a pesar de que ella sostenía con apoyo progresista al equipo de gobierno de IU y -tras fracasar en su objetivo de revalidar la vara de mando para el PSOE- fue integrada al frente de una concejalía. Eso, al menos, es lo que se comenta en los mentideros socialistas. Que, como ha quedado demostrado, terminó optando por no seguir las directrices del partido y no informó de lo que sucedía cómo debía. En eso están de acuerdo, prácticamente, todos los socialistas: los más cercanos al oficialismo y los que aportan una visión más crítica al debate interno que se ha generado.

Porque, entre otros daños colaterales, el paso a no adscrita de Lola Porras va a dejar al PSOE los próximos tres años sin representación en un ayuntamiento en el que había ostentado la alcaldía durante las dos anteriores legislaturas. Entre 2015 y 2023, con Paqui Jiménez como alcaldesa. El baño de realidad, más la mala imagen que da aupar de esa manera a una alcaldesa del PP justo después de las elecciones europeas, no ha pasado desapercibido. Y ha puesto a pensar a más de uno, y de dos, en qué fue lo que se hizo tan mal para que ahora suceda esto. Y es, precisamente, en ese punto dónde el equipo de Dani Pérez sale a negar que la elección de Porras como candidata en Carratraca fuese una apuesta de la dirección provincial, tal y como se le reprocha desde ciertos sectores del partido. Es más, recalcan que la decisión la tomó la propia agrupación local de Carratraca y, para certificarlo, se remiten a un reciente comunicado en el que se pedía disculpas por ello.

Sin embargo, otras fuentes consultadas no dicen lo mismo. Echaron en falta que, cuando Paqui Jiménez dijo que iba a dar un paso al lado, los dirigentes provinciales se hubiesen tomado, al menos, la molestia de intentar convencerla para que siguiera como candidata. Pero, según aseguran, no fue el caso y en vez de dedicarle tiempo a esa premisa se pusieron a buscar a otra persona porque, al fin y al cabo, la de Paqui Jiménez era una figura que les resultaba incómoda: no era de la misma cuerda. Sin ir más lejos, había apoyado sin tapujos al aspirante crítico que le disputó la secretaría general a Pérez, el exalcalde de Ojén José Antonio Gómez ‘Nono. Y ahora, Jiménez también aparece entre los casi 70 firmantes iniciales -entre ellos una veintena de exregidores- de un manifiesto que pide la dimisión de Dani Pérez.

Más allá de estos detalles, se comenta que el fichaje de Lola Porras no gustó de inicio a buena parte de la militancia y de los simpatizantes socialistas de la localidad. Entre otras cuestiones, por el hecho de que no fuera militante del PSOE. Y también porque no era alguien del pueblo. Aunque esté vinculada por motivos personales, reside y trabaja en la Costa del Sol. Y, es más, este descontento afloró en las urnas. Los socialistas perdieron 30 puntos porcentuales, dos de sus tres ediles y pasaron de ser primera fuerza a tercera y última. Se dejó en el camino dos tercios de su electorado. Pasó de los 232 votos de 2019 (44%) a sólo 79 sufragios (14,9%). Batacazo absoluto.

Suscríbete para seguir leyendo