Crónicas de la ciudad

‘Yerma’ y ‘La tierra baldía’ en un jardín de Huelin

Pocos espacios de Málaga pueden simbolizar con tanta exactitud dos grandes títulos de la literatura universal como el desdichado Jardín de la Hermana Sabina, en la calle Orfila.

El Jardín de la Hermana Sabina, en calle Orfila, esta semana.

El Jardín de la Hermana Sabina, en calle Orfila, esta semana. / A.V.

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

Cuenta Yerma, uno de los grandes personajes de Federico García Lorca, que muchas noches sale «descalza al patio para pisar la tierra», mientras se desespera aguardando ese hijo deseado que no hay ginecólogo que lo aliente. 

Por su parte el británico-estadounidense T.S. Eliot comienza su famoso libro de poemas ‘La tierra baldía’ asegurando que «Abril es el mes más cruel» porque «hace brotar lilas en tierra muerta».

Quienes quieran escapar, por unos minutos, de las milenarias diatribas sobre la renovación del Consejo General del Poder Judicial y deseen encontrar consuelo en la Literatura, se sorprenderán al saber que estas dos mencionadas joyas de las letras universales tienen su particular plasmación en un jardincito de Huelin, tenazmente desatendido.

Porque tierra baldía, yerma y reseca es la que se extiende, desde tiempo inmemorial, en uno de los espacios menos lustrosos de Málaga, inmerso en un problema urbanístico que explica su veterano abandono. 

En concreto, hace dos años, el entonces concejal de Urbanismo, Raúl López, detalló a este diario que la zona verde, propiedad de una promotora, no había sido recepcionada por el Ayuntamiento porque no se encontraba aún en un estado óptimo de revista. No parece, dos años después, que haya alcanzado al fin la excelencia. 

Otra vista del jardín dedicado a la Hermana Sabina, en calle Orfila, frente al Parque Huelin.

Otra vista del jardín dedicado a la Hermana Sabina, en calle Orfila, frente al Parque Huelin. / A.V.

Se encuentra en calle Orfila, mira por un lado al Parque Huelin y por la parte posterior está muy próxima a las últimas casas originales del Bulto y al pasaje Ferrería de Heredia, también con otro largo historial de abandono

Lo triste de esta situación es, además, que el jardín está dedicado a la hermana Sabina Zamalloa, una religiosa vizcaína que prestó sus servicios con gran ejemplaridad en el vecino edificio del Cottolengo entre 1965 y 1991.

Hace ya 8 años, en 2016, el Ayuntamiento descubrió una placa de cerámica con el rostro de esta admirada monja, pero sigue sin acompañar nada el entorno. 

Junio, ya se sabe, también es un mes cruel, con permiso de abril, porque seca y reseca los jardines, sobre todo si se trata de una zona verde que no ha visto un jardinero desde tiempos de Francisco José

Habrá que seguir compadeciéndose de este yermo homenaje a la hermana del Cottolengo que, al igual que los vecinos del entorno, se merece un jardín verde, hermoso y cuidado. 

Algún día saldrá de laberinto urbanístico este rinconcito de Huelin que nos conecta, qué remedio, con la gran Literatura.

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