Opinión | Marcaje en corto

Mucho más que fútbol

La selección de Suiza celebra su pase a cuartos de final de la Eurocopa.

La selección de Suiza celebra su pase a cuartos de final de la Eurocopa. / CLEMENS BILAN

Nada más entrar en el apartamento de poco más de medio centenar de metros cuadrados reparó en lo que había sido su vida. Él le había advertido de que el fútbol acaparaba no sólo sus horas de trabajo. Era su pasión hasta de madrugada. El largo pasillo de entrada tenía en uno de sus laterales una estantería estrecha, de esas que nacen en el suelo y mueren en el techo. Y ahí mismo, sin otra función, encontrabas todo tipo de reliquias balompédicas.

La entrada de aquel primer partido en el estadio. La camiseta conmemorativa de tal ascenso. Esa inolvidable bufanda de cuando jugamos en Alemania. Toda la serie de regalos que el periódico editó para celebrar el aniversario del club. Una suerte de cachitos con los que repasar media vida entregada a su pasión. Tardo generalmente toda una semana cuando quiero limpiar el polvo a todos y cada uno de los tesoros que conservo, le explicaba.

¿Y cuándo pillas vacaciones? A lo que contestó que como los futbolistas, durante la primera quincena de este mes de julio. Bueno, hay excepciones, agregó. Este verano tenemos Eurocopa y Juegos Olímpicos. Es un poco más complicado, se dijo. Eurocopa y Copa América, que por las noches ya se sabe. ¿Ya se sabe? Sí, tengo que estar pendiente sobre todo de los partidos de Argentina o Brasil. Que luego empiezan a fichar jugadores americanos y siempre es bueno saber cómo se mueven en el campo o cuáles son sus principales habilidades.

Pero los partidos en Estados Unidos son de madrugada. ¿Cuándo duermes? En la primera fase de la Eurocopa de Alemania ha habido partidos a las tres de la tarde. Pero ahora ya en octavos y cuartos es más fácil pillar tiempo para la siesta. Es cuestión de organizarse, prosiguió. De vuelta a lo de las vacaciones, algún que otro mes de julio, siempre que no haya ni Eurocopa ni Mundial veraniego (que el último fue invernal), «también hay otros deportes que me gustan».

¿A qué te refieres? ¿En julio? «Sí, algún verano lo he empezado con unos días de vacaciones en Londres, porque hay pocos acontecimientos deportivos comparables, en cuanto a tradición, al torneo de Wimbledon. La pelota de tenis sobre la hierba, todos los jugadores vestidos de blanco sin excepción. No hay otro campeonato oficial más antiguo en este deporte. Y tengo que confesarte que, después del fútbol y por este orden, me encantan el tenis y el ciclismo.

Ya en el salón y con dos cafés como pretexto para prolongar la charla vinieron nuevas sorpresas. Los pequeños manteles sobre los que distribuir tazas, servilletas y cucharillas lucían la incomparable figura de Naranjito. Sí, la mascota del único Mundial de fútbol celebrado en España, el del 82. Levantabas la cabeza y te encontrabas con dos jarras de esas grandes con las que se suele beber la cerveza en Alemania.

¿Y esos niños con los mofletes colorados? Son Tip y Tap. Mira la camiseta de uno de ellos. Pone 74. Fueron mascotas del Mundial de Fútbol que hace 50 años se celebró precisamente en suelo alemán. ¿A qué están chulas las jarras? Me las trajo un amigo de Torrox, donde como sabes hay como tres mil alemanes viviendo. Por lo visto más de trescientas familias de Berlín tienen apartamento allí desde los años 70.

Continuó con el tema de las vacaciones. Algún que otro verano en Londres, para ver sobre la hierba a las grandes leyendas del tenis, y también más de una primera quincena de julio en los Alpes o los Pirineos. «Este año hubiese ido a Florencia para ver la salida del Tour, pero ya te he dicho que con Eurocopa o Mundial tengo que quedarme aquí. Recopilo las grabaciones de cada partido, hago informes con las fichas técnicas, los mejores momentos. No puedo dejar coja mi colección», relataba.

¿Esta enfermedad tiene cura? ¿No pudieron vacunarte a tiempo? «Déjate de tonterías. Mi padre me hizo socio del equipo antes de inscribirme en el registro al nacer. No puedes entenderlo. Sé que nunca vas a comprenderme. En la vida puedes encontrar mucho más que fútbol, por supuesto. Pero nada es comparable a que en el último segundo, después de un partido aburridísimo en el que has pensado varias veces en apagar la tele, tu selección marque un gol. Ese subidón engancha. Es droga dura. Y no, no tiene cura».