Opinión | 360 grados

Kamikaze Netanyahu

El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu.

El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu. / Ilia Yefimovich/Dpa - Archivo

Sin haber aprendido evidentemente nada del desastre de Gaza, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, parece ahora dispuesto, en plan kamikaze, a lanzar al país a una ‘guerra total’ con Hezbolá.

Netanyahu ha demostrado que no le importa evidentemente nada ya no sólo la vida de los rehenes judíos todavía en poder de Hamás, sino tampoco la de sus jóvenes soldados: está solo interesado en su propia supervivencia política.

Siguiendo las instrucciones del Gobierno, altos mandos del Ejército judío aprobaron el martes los planes operativos para una ofensiva militar en el Líbano con la que se buscará la total destrucción de Hezbolá.

Comparado, sin embargo, con esa milicia chií libanesa, fundada y entrenada por la Guardia Revolucionaria Iraní, el grupo palestino Hamás, con el que Israel no ha podido aún en Gaza, es un pigmeo militar.

Con sus más de 150.000 cohetes y misiles de crucero, Hezbolá está en condiciones de destruir en caso de guerra lo mismo bases militares israelíes que centrales eléctricas y demás infraestructuras.

El grupo libanés ha demostrado además tener un conocimiento preciso de los objetivos a atacar: entre ellos el puerto de Haifa, incluido un cuartel general de la Armada y un complejo militar donde están estacionados submarinos y otros buques de guerra.

Gracias a sus drones, Hezbolá ha logrado espiar además, sin ser detectado, varias plantas de la empresa armamentística Rafael donde se fabrican los misiles antiaéreos para los sistemas defensivos israelíes conocidos como la Cúpula de Hierro y la Honda de David.

Y para colmo, ha decidido humillar al Estado sionista, mostrando al mundo en un vídeo el resultado de su espionaje, lo que sólo cabe interpretar como un claro mensaje de a qué se expone Israel en caso de la guerra total con que amenaza.

Es en efecto muy significativo de la debilidad israelí que la milicia libanesa haya logrado burlar sus sistemas antiespionaje y podido enviar los drones espías hasta el interior de Israel sin que fuesen detectados.

Según los expertos, de estallar una guerra total entre Israel y la milicia libanesa, ésta podría disparar diariamente miles de misiles contra el Estado judío, poniendo así a prueba sus sistemas defensivos.

Ni siquiera se sabe cómo reaccionaría en ese caso Irán, cuya Guardia Revolucionaria ha armado y entrenado a la vez que apoya a Hezbolá. Algo que tampoco parece arredrar a Netanyahu. .

Quien está, sin embargo, cada vez más preocupado es el Gobierno de Estados Unidos. Al presidente Joe Biden y a su equipo demócrata no le interesa una escalada de consecuencias imprevisibles en un año electoral como es éste.

Pero ya se ha visto con ocasión de la masacre de Gaza la poca capacidad de presión que tiene Washington sobre el Gobierno de un país que, sin embargo, depende de la ayuda militar y económica de EEUU para su supervivencia.

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