Crónicas de la ciudad

La calle más peligrosa, la dedicada a Ucrania

Hace 20 años que Málaga dedicó una calle a este sufrido país, hoy invadido por Putin. Al tener al lado una carretera local, es una de las calles más peligrosas de la ciudad y los peatones se juegan el cuello para cruzar al otro lado.

La calle Ucrania, a la izquierda; a la derecha, la carretera MA-401, sin semáforos ni pasos de cebra para cruzar al otro lado.

La calle Ucrania, a la izquierda; a la derecha, la carretera MA-401, sin semáforos ni pasos de cebra para cruzar al otro lado. / A.V.

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

Con Ucrania todavía bajo las garras del tirano imperialista Vladimir Putin, hay que recordar, en primer lugar, que delante del Ayuntamiento de Málaga ondea la bandera ucraniana, como muestra de solidaridad con esta sufrida nación.

En segundo lugar, quizás no sepan muchos malagueños que, este año, se cumplen 20 desde que nuestro Consistorio incorporó a su callejero la calle Ucrania pues, lejos de ser una posesión colonial rusa, es un país cargado de siglos y por eso, en el mismo paquete de 2004 acompañó en el callejero a otras naciones europeas. 

De esta forma, a la vuelta de la esquina se puede pasear, sin necesidad de pisar un aeropuerto, por Gran Bretaña, Grecia, Irlanda o el pequeño Principado de Mónaco. Un recorrido europeo comprimido en unos cientos de metros, que se encuentra en la barriada de Intelhorce.

La particularidad de la calle Ucrania es que se trata de una de las más peligrosas de Málaga, desde el punto de vista de la seguridad vial. Es una situación que viene de lejos y que se explica porque tiene, ‘adherida’, separada tan sólo por una mediana, la carretera MA-401 a Los Prados.

La calle Ucrania de Intelhorce y detrás, la carretera MA-41, con una pequeña mediana, que puede usar le peatón para tratar de llegar al puente que conduce al polígono Guadalhorce.

La calle Ucrania de Intelhorce y detrás, la carretera MA-41, con un triángulo, que puede usar el peatón para tratar de llegar al puente que conduce al polígono Guadalhorce. / A.V.

Es decir que, en puridad, cruzar literalmente la calle Ucrania desde la barriada de Intelhorce sólo conduce a una mediana que linda con un tráfico que va a toda pastilla, porque a continuación lo que hay que salvar es esta carretera local. 

Ni que decir tiene que no hay, ni por levante ni por poniente, un semáforo o, al menos, un paso de cebra que el peatón pueda echarse a los pies. 

Pasar de Intelhorce al otro lado de la calle, el murete que linda con las vías del tren o tratar de alcanzar el puente de la Azucarera- Intelhorce, que comunica con el polígono Guadalhorce y sobrevuela la abandonada Laguna de los Prados, es una aventura de altísimo riesgo.  

Hay, eso sí, una rotonda en la intersección de la Carretera Azucarera-Intelhorce con la calle Ucrania y es el único punto en el que, el peatón, puede aventurarse a llegar hasta un triángulo y, a continuación, saltar al otro lado, como si fuera Mario Bros

Otra alternativa es descender, en dirección a Los Prados por la ‘calle ucraniana’ y, con reflejos de lince y sin el riesgo de que te coja un camión acelerando en la curva, cruzar esta MA -401 a todo meter. 

Lo dicho, no hay ninguna otra alternativa, por eso, qué hermoso sería que nuestros cargos públicos vivieran la experiencia. Se resolvería el problema este mismo año.

Suscríbete para seguir leyendo