Litoral

Marejada de críticas por las playas de Marbella

Lejos de ser un baluarte de su atractivo veraniego, las playas de Marbella se han convertido en motivo de críticas por parte de vecinos y empresarios ante la arena con arcilla que el Ayuntamiento usa para regenerar la costa local y los polémicos cambios que pretende introducir en el plan de explotación de los servicios ubicados en el litoral . 

Hamaqueros, el viernes, en una protesta contra los cambios en el plan de playas que promueve el Ayuntamiento.

Hamaqueros, el viernes, en una protesta contra los cambios en el plan de playas que promueve el Ayuntamiento. / L.O.

Lejos de convertirse en un aliado para el desarrollo de un municipio cuya economía sigue dependiendo en exceso del turismo, las playas de Marbella y San Pedro se han convertido, en pleno verano, en motivo de protesta entre vecinos y empresarios del municipio.

La arena usada para regenerar la costa local y la distribución del espacio entre los empresarios de negocios de un litoral cuyas dimensiones menguan año tras año condicionan el inicio de la temporada durante la cual más turistas, nacionales e internacionales, visitan el municipio.

Hamaqueros de Marbella y San Pedro barajan declararse en huelga a mediados de julio, si el Ayuntamiento no se reúne con ellos antes del martes y atiende sus peticiones sobre el plan de explotación de los servicios de playa, que el Gobierno local pretende modificar con la temporada veraniega ya en marcha.

Los profesionales, muchos de ellos cabezas de familia, aseguran que los cambios que contempla el Consistorio supondrán reducirles el número de hamacas que explotan en beneficio de grandes empresas, como hoteles, concesionarias de puertos o locales de ocio del litoral, que, además, explotan chiringuitos, restaurantes o actividades náuticas.

«Cada vez dan más a las personas de siempre. A quien tiene 800 metros de explotación, le dan mil y siempre a los mismos. Y al pobre, le machacan», señala José Antonio, que explota un lote de hamacas en una playa de Elviria.

El presidente de la asociación que aúna a algunos de los hamaqueros que temen verse afectados por los cambios en el plan de playas y que cuenta con cerca de 140 integrantes, Sergio Gutiérrez, asegura que «no somos una amenaza, queremos colaborar con el Ayuntamiento y si hay que reducir hamacas, se reducen». «Pero a todos por igual. No se puede reducirle al pequeño y al grande, aumentarle», apostilla.

Parte de los hamaqueros protestaron el viernes ante el Ayuntamiento, durante la sesión en la que la Corporación local celebraba el pleno de junio.

El Gobierno local asegura -sin aportar datos ni documentación- que las modificaciones permitirán recuperar alrededor de 11.500 metros cuadrados de dominio público marítimo terrestre y que es «consciente de la importancia del aprovechamiento en playas y el servicio público que prestan».

Los hamaqueros reducen a unos 2.000 metros cuadrados la superficie que se liberaría en el litoral.

Polémica por la arena roja

El uso por parte del Ayuntamiento de una arena mezclada con arcilla, que tiende a teñir piel y tejidos textiles, para regenerar las playas ha generado también las protestas de vecinos y empresarios locales, sobre todo en San Pedro.

Más de 300 vecinos de San Pedro se manifestaron hace una semana contra el material empleado por el Consistorio para mejorar el litoral del núcleo de población, mientras que las pymes expresaron su «preocupación» por el impacto que podrá tener sobre el turismo.

«La asociación busca entender las razones técnicas que han motivado la elección de este material», señala la Asociación de Pequeños y Medianos Empresarios de San Pedro.

El Ayuntamiento reconoce que el efecto visual es «escandaloso» y que la arena «enturbia» el agua del mar, pero sostiene que la calidad de la arena «está avalada por diversas analíticas».