Fernández de Oviedo, primer naturalista del Nuevo Mundo

La historia general y natural de las Indias fue el gran proyecto historiográfico de Gonzalo Fernández de Oviedo, una obra monumental que combina el relato del descubrimiento y conquista de América con una vívida descripción de la fauna y flora locales que nos ha llevado a considerarle el primer naturalista del Nuevo Mundo. Aunque Oviedo compuso su Historia a lo largo de veinticinco años, solo llegó a las prensas el primer volumen (1535). Biblioteca Castro pubica ahora este primer volumen con un profundo y riguroso estudioa cargo de las hispanistas Belinda Palacios y Natacha Crocoll.

Se trata de una obra representativa de una época de transición, a caballo entre el fin de la Edad Media y el Renacimiento, en la que la experiencia individual busca anteponerse al saber libresco para delinear las coordenadas de una nueva realidad hasta entonces desconocida por los europeos.

Estamos también ante un proyecto político, en el que destacan los esfuerzos de Oviedo por probar la pertenencia legendaria de los territorios descubiertos a la monarquía española y exaltar constantemente la grandeza del imperio en una lectura cristiana de la historia. El texto es de placentera lectura, pues combina testimonios ajenos con graciosas anécdotas vividas por el autor, y una serie de imágenes dibujadas por el mismo Oviedo que reproducimos aquí directamente del original.

La historia general y natural de las Indias es una obra monumental, de unos cincuenta libros, en los que Fernández de Oviedo ambiciona dar a conocer cómo fue la conquista de América, la organización de las colonias y, especialmente, la fauna y flora locales. Comienza con los viajes de Colón y sus complejas travesías para desembocar en la colonización de las distintas islas, material que alterna con digresiones y anécdotas personales para cerrar con un capítulo dedicado a los relatos de naufragios e infortunios conocidos en la época. Una empresa literaria que compone y revisa a lo largo sde más de treinta años sobre la base de una historia en curso.

De los mayores reconocimientos de la crónica de Oviedo es su asombrosa descripción de la naturaleza americana. De hecho, muchos lo consideran como el primer naturalista de América por la viveza y lirismo de sus descripciones que introducen al lector europeo a la exuberante realidad de aquellas tierras. Una interpretación de la vida natural como organismo vivo que celebra la grandeza de la creación en cada una de sus criaturas. A la riqueza de la narración se añaden las xilografías realizadas sobre la base de los dibujos de Oviedo que ilustran los elementos naturales y las costumbres de los indios, así como los mapas, que nos ayudan a localizar la toponimia de La Española y los itinerarios de los cuatro viajes de Colón

Por último, no podemos cerrar estas líneas sin abordar uno de los asuntos que más polémica han desatado entre los cronistas de Indias: la conocida animadversión entre el padre Las Casas y Fernández de Oviedo, pues fray Bartolomé tildó en no pocas ocasiones a nuestro autor de «enemigo de los indios». Aunque el espíritu de la época consideraba que los indígenas eran inferiores a los europeos e incluso desde las primeras cartas de Colón se extendió el tópico del canibalismo, Oviedo critica los abusos generados por el sistema de las encomiendas y advierte que quien indios tuviere, los debe tratar como a prójimos.