Opinión | Tribuna

Una buena noticia

Que un medio de comunicación cumpla veinticinco años es, sin duda, una buena noticia. Contribuye, en primer lugar, a una sociedad más equilibrada e informada, con mayores recursos para construirse una opinión crítica respecto a su entorno y sus inquietudes como ciudadano; en segundo lugar, por su faceta en la creación de conocimiento social, cultural, económico, que trasciende a la labor diaria de información y genera un contenido, un imaginario, que con el paso de los años se convierte en patrimonio intelectual; y en tercer lugar, porque supone un acicate para la profesión periodística, tan expuesta siempre a la opinión pública, tan importante en un sistema de libertades y, sin embargo, tan maltratada laboral y económicamente a pesar de su trascendencia.

Por todo ello, mi felicitación a La Opinión de Málaga por haber alcanzando un cuarto de siglo de historia es triple, porque es una publicación que ha sabido responder a estos tres aspectos, haciendo de la sociedad malagueña una sociedad más madura e informada; generando un contenido que a través de sus excelentes profesionales, ha trascendido y ha generado un contenido propio y singular; y en el que concurren profesionales periodistas y otras profesiones vinculadas a la comunicación en un sentido más amplio.

Veinticinco años en los que, a buen seguro, se acumulan retos conseguidos, logros y éxitos, también insatisfacciones y sinsabores, pero que constituyen, todo ello, un camino que nos ha traído hasta esta efeméride y una publicación que, a día de hoy, es estable y fiable.

En el plano personal, el nacimiento de La Opinión de Málaga coincide con el inicio de mi etapa como servidora pública, ya que en 1999 comenzó mi andadura como concejala en el Ayuntamiento de Torremolinos. Durante estos veinticinco años, he desempeñado diferentes responsabilidades, en el ámbito municipal, como diputada nacional y como vicepresidenta de la Diputación de Málaga. Desde el 20 de diciembre de 2021, tal y como recogió este medio, entre otros, pasé a ser la alcaldesa de Torremolinos.

Me pedís que a través de estas líneas trace también la trayectoria del municipio al que represento en los últimos veinticinco años; y considero que en 1999, Torremolinos se encontraba aún en una inercia de crecimiento y desarrollismo exigida por su entonces reciente independencia, en 1988. Una época en la que era necesario establecer mecanismos de recaudación y de dotación de nuevos servicios públicos que situaron como prioridad el crecimiento de la ciudad y de su planta residencial.

La realidad que proyectaron estos años es el de una ciudad de contrastes, con una fachada litoral muy desarrollada, que alberga gran parte de la planta alojativa de Torremolinos, con cerca de 50.000 plazas entre hoteleras y de otros tipos; y por otra parte, una ciudad que, hacia el interior, había crecido de forma desigual y desordenada.

En los últimos tres años hemos querido empezar a reconducir esta situación, partiendo de los aciertos y deshaciendo los errores, poniendo el foco en la regeneración urbana y en la creación de una ciudad que sea más amable para quienes la habitan, paso fundamental para seguir siendo atractivos para quienes nos visitan.

También durante los últimos años hemos reforzado el papel de liderazgo de Torremolinos como municipio turístico, siendo la ciudad líder en pernoctaciones en toda Andalucía durante 2023, y demostrando un enorme grado de fidelidad de públicos como el británico, que se ha visto resentido en otras áreas por causa del Brexit.

En definitiva, una trayectoria con altibajos, con errores y aciertos, con nuevos planteamientos y nuevas metas, como han podido vivir y conocer los lectores de La Opinión de Málaga a través de sus páginas durante estos últimos veinticinco años.

No quisiera concluir esta breve referencia sin felicitar a todos los profesionales que han hecho posible que cada día La Opinión de Málaga salga a la calle. A los que iniciaron este proyecto, entre los que cuento a buenos amigos; a los que lo mantuvieron y a los que seguro que seguirán contribuyendo a esta importante cabecera malagueña. A todos ellos, a sus respectivos directores en estos veinticinco años, en especial al añorado Joaquín Marín; y al grupo editorial Prensa Ibérica por su apuesta por Málaga y por la información de calidad. Felicidades por estos veinticinco años y por los que están por venir.