Novela

Intrigas medievales

Lorenzo G. Acebedo regresa con ‘La Santa Compaña’, una nueva entrega del detective Gonzalo de Berceo

Intrigas medievales

Intrigas medievales / L. O.

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

Con ‘La taberna de Silos’ (Tusquets, 2023) se dio a conocer Lorenzo G. Acebedo, seudónimo de un autor del que sólo sabemos que estudió un tiempo Teología, se retiró a vivir a un convento y, finalmente, lo abandonó por una mujer. El éxito de esta primera novela y la segunda, que ahora presenta, auguran -no es ningún disparate- que algún día, si recibe el Premio Planeta, deba desvelar su identidad real, como pasó como con el trío de autores detrás de Carmen Mola.

Mientras se hace realidad o no este augurio, el autor, que reside en un pueblo de La Rioja, acaba de publicar en la misma editorial ‘La Santa Compaña’, con lo que da cuerpo ya a una serie, protagonizada por un insospechado personaje de la Historia de la Literatura Española: Gonzalo de Berceo.

De nuevo, el inmortal autor de los ‘Milagros de Nuestra Señora’ abandona el plácido mundo de la poesía religiosa para embarrarse en los pecados mundanos. Sigue, por supuesto, el exitoso camino que en los 80 abrió Umberto Eco con Guillermo de Baskerville y ‘El nombre de la rosa’. En todo caso, Acebedo es más amigo de ir al grano, de la intriga policíaca, y deja de lado las disquisiciones teológicas.

‘La Santa Compaña’ traslada la acción a Santiago de Compostela, 15 años después de los hechos sucedidos en ‘La taberna de Silos’. De nuevo, Gonzalo de Berceo deberá enfrentarse a horrendos crímenes y de paso, a sus años de juventud, pues se reencontrará con los amigos de sus tiempos de estudiante en Palencia.

Es este un libro mejor armado que el anterior, aunque con una trama más laberíntica, así que se echa en falta, como en las novelas de Agatha Christie, un índice de nombres; al menos los que el propio desarrollo de la acción permita sin desvelar la trama.

Esa ‘mejor armadura’ se aprecia en el cuidado del autor por enriquecer el abiente, esa España del siglo XIII que muestra con muchos matices y de pinceladas históricas. Así, describe el impacto de la llegada del ‘nuevo’ arte godo; los niños juegan con pompas hechas con agua y grasa de cerdo y el tiempo aún se mide como en época del Imperio Romano («en domingo, a seis para las calendas de agosto»).

Esa variedad de matices, de colorido, se nota sobremanera en el primer capítulo de la novela, sin duda el mejor, una suerte de realismo mágico en primera persona, con la Catedral de Santiago como grandioso telón de fondo.

Además, de su primer novela recupera Acebedo a Lope, el peregrino, sin duda su personaje más logrado, mejor incluso que el propio Gonzalo de Berceo, una alocada versión multilingüe y multiusos de Sancho Panza, más que de Adso de Melk.

Otro acierto es la incorporación de una famosísima figura de su tiempo -que no desvelaremos- ligada, ‘partida a partida’, entre otros muchos campos al ajedrez; un juego que termina convirtiéndose en metáfora de toda la acción.

Gonzalo de Berceo, desencantado de la vida, inseguro de su valía como creador y preso de buena parte de las tentaciones terrenales, vuelve a mostrarse como un hombre de carne y hueso, en absoluto mitificado por quien lo ha reconvertido en detective medieval.

Eso sí, a la hora de enfrentarse a los enigmas y asesinatos se transmuta en incrédulo, casi en un personaje de la Ilustración que no comulga con las paparruchas de su época; ni siquiera, con la Santa Compaña.

La Santa Compaña, editorial Tusquets.

La Santa Compaña, editorial Tusquets. / L. O.

La Santa Compaña

  • Lorenzo G. Acebedo
  • Editorial: Tusquets
  • 296 páginas, 19,00 €

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