Diario de lecturas

Los jóvenes leen, los viejos no lo entendemos

Un lector muestra el exlibris de 'Blackwater' recién estampado en 'Lluvia', la sexta y última entrega de la saga, en la librería Gigamesh.

Un lector muestra el exlibris de 'Blackwater' recién estampado en 'Lluvia', la sexta y última entrega de la saga, en la librería Gigamesh. / ZOWY VOETEN

Lo que tiene Blackie Books con la saga ‘Blackwater’ es una verdadera mina de oro. Desde la publicación del primero de los seis volúmenes el pasado febrero, ya se han vendido más de 70.000 ejemplares en total, y parece que han vuelto a inundar las librerías con una reimpresión de 100.000 copias de todos los libros. Y lo que les queda por vender, porque aún están en lo más alto de las listas de ventas. Está claro que la primera mitad de 2024 ha sido para este bestseller que, aunque publicado en algo lejano 1983 -su autor, Michael McDowell, murió en 1999-, ha sido ahora cuando ha encontrado su público. Ha arrasado en España tras haber dominado antes en Francia e Italia, así que tampoco podemos decir que nos haya pillado por sorpresa. Lo de ‘Blackwater’ es la confirmación de que la literatura juvenil reina en un mercado editorial en el que los lectores de cierta edad parecen haber abandonado, no sé si porque la presbicia hace estragos o tan solo es otro síntoma del dominio de la molicie. Como sea no importa, porque esta historia de una familia de terratenientes del sur de los Estados Unidos a través de protagonistas femeninas con poderes sobrenaturales es ya uno de los fenómenos editoriales del curso, y seguro que le queda mucha cera que quemar. Los que entramos en las librerías buscando lo último de Eduardo Mendoza es mejor que no intentemos entender este éxito, hagamos igual que nuestros abuelos cuando ignoraron toda la obra de Enyd Blyton. Esto no es para nosotros, y pretenderlo es tan inútil como empeñarse en descifrar el éxito de Bud Bunny.