Comercio

Guía de los ultramarinos tradicionales de Málaga

En el centro de Málaga hay 6 ultramarinos, cada uno de ellos esconde una historia detrás, la suya y la de generaciones anteriores, que dieron comienzo a estos establecimientos, que hoy en día siguen subiendo cada día con ilusión la persiana

Guía de ultramarinos de Málaga

Miguel Ferrary

Martín González

En Málaga podemos encontrar multitud de comercios para realizar compras, establecimientos que con la llegada del verano, en ocasiones, ven como aumenta su clientela con la llegada del turismo, estos son algunos de los ultramarinos que podemos encontrar en el centro de Málaga, su historia y su relación con el extranjero y el comercio online. Los ultramarinos nacieron como un tipo de comercio en el que se vendían productos de ultramar, los cuales venían de lugares como América o Asia. Ahora, estos se dedican a productos más locales y de gran calidad.

La Manzana de Oro

Uno de los ultramarinos que se encuentra en el entorno del Centro de Málaga es 'La Manzana de Oro', que se sitúa en el Paseo de Reding, el actual dueño es segunda generación, lleva más de veinte años al mando del negocio y su padre comenzó con la tienda en el año 50.

Cuenta que su negocio, se especializa en vino y productos gourmet como pueden ser el queso, jamón y embutidos de calidad ibérico. Además, asegura que siguen manteniendo la palabra ultramarino, porque les parece que la etimología es bastante interesante.

El actual dueño de la Manzana de oro

El actual dueño de la Manzana de oro / Martín González

Con la llegada del buen tiempo, llega a la ciudad la oleada de turistas, un turismo que para el dueño, del local, es el peor, puesto que este, es "turismo de chancla y chiringuito" y prefiere el turismo que llega desde septiembre hasta mayo aunque afirma que esta industria es necesaria, puesto que es prácticamente la única que hay en Málaga.

En cuanto al negocio online, comenta que tuvieron en su momento, pero no fue una buena experiencia.

El Almacén del Indiano

Otro ultramarino que se sitúa en la capital, es 'El Almacén del Indiano', su dueño Mané, abrió el comercio hace 13 años. Situado en calle Cisneros, comenta que han ido creciendo poco a poco y que particularmente, viven 60% del Malagueño y 40% del turismo. Ese último porcentaje se lo agradece sobre todo a los hoteles que les mandan mucha gente, puesto que no hay muchas tiendas de este tipo en Málaga.

Parte del negocio El Almacén del Indiano

Parte del negocio El Almacén del Indiano / Martín González

Su local es una abacería, donde puedes tomarte un vino o probar un jamón y si te gusta, puedes llevártelo. Se especializan, nos dice su dueño en el jamón, que es lo que más venden, aunque también tienen aceites y vinos de la tierra.

En cuanto al comercio online, cuenta que los beneficios son bastantes, puesto que muchos clientes extranjeros, van pidiendo poco a poco cosas por la tienda.

La Mallorquina

En la calle Sagasta se encuentra 'La Mallorquina'. Este comercio nació en 1928 y en el año 1982, lo coge el padre, de Jose Palma, el actual CEO de la tienda. Su especialidad son los productos km 0, de cercanía y también el producto artesano a nivel nacional.

Su dueño explica que el turismo es algo que les viene peor, puesto que la mayoría de sus clientes es tanto malagueño, como nacional, el extranjero, compra, pero no en gran cantidad.

En el centro, el dueño de la Mallorquina, a los lados, sus hijos

En el centro, el dueño de la Mallorquina, a los lados, sus hijos / Martín González

En cuanto al comercio online, Jose cuenta que tienen negocio online, pero que no venden mucho y que no pueden competir con las grandes marcas, "somos pequeñitos y tenemos nuestro precio y ahí nos comparan como uno más".

En este negocio familiar, trabajan tanto sus dos hijos, como su cuñado.

Juan de Dios Barba

Un poco más abajo, se sitúa el ultramarino 'Juan de Dios Barba'. Situado en calle Martínez, se fundó en 1932 por Juan de Dios Barba Padre, después pasó al hijo y a mediados de los 90, pasó a manos de Francisco Crespillo. Este comercio está ahora a manos de su hijo, cuarta generación del local de dos familias distintas.

Este local, se especializa sobre todo y es conocido por el bacalao, según nos cuenta su dueño, aunque tiene su nombre, todo el mundo la conoce como la tienda del Bacalao.

Ultramarinos Juan de Dios Barba

Ultramarinos Juan de Dios Barba / Martín González

Cuentan con negocio online, aunque con distinto nombre "Crespillo Innova". Por último en cuanto al turismo, afirma que nunca se sabe, puesto que hay turistas que dejan foto nada más y hay otros que si se dejan dinero, "aquí hay de todo".

La Princesa

En calle Granada se sitúa 'La Princesa'. En plena Guerra Civil Española, el malagueño Luis Guerrero decidió abrir una pastelería 'La Princesa'. En 1978, su hija María Ángeles Guerrero se hace cargo de la tienda para seguir sirviendo al barrio.

Interior de la tienda La Princesa, con su dueña María de los Ángeles Guerrero.

Interior de la tienda La Princesa, con su dueña María de los Ángeles Guerrero. / L. O.

El negocio online y los grandes comercios es algo que no afecta a este tipo de tiendas “este tipo de cosas no lo tienen los grandes comercios, porque es artesanal”, sostiene la propietaria. En cuanto al turismo, predomina el nacional, ya que conoce mejor el género, aunque también tiene clientela internacional. «Los borrachuelos, los roscos de vino o las loquitas son los productos que hacemos hoy. Dulces típicos que puede llevarse el turista», cuenta la propietaria. «Los borrachuelos, los roscos de vino o las loquitas son los productos que hacemos hoy. Dulces típicos que puede llevarse el turista», ya apuntaba la propietaria.

Ultramarinos Zoilo

A mediados de los años 50, el joven sevillano Zoilo Montero termina la mil y aprovecha que su tío Antonio deja la tienda de comestibles en la que trabajaba para poner una confitería y se queda con el ultramarinos de la calle Granada, que pasa de llamarse Florido a 'Ultramarinos Álvarez' y finalmente 'Zoilo', como se le conoce ahora tras hacerse con la tienda.

En este tiempo ha cambiado la clientela, ya que el bullicioso y poblado Centro ha dejado paso a un, también bullicioso, Centro más turístico y con menos vecinos. También ha cambiado el tipo de comestible: «Antes se vendía más la sal, el chorizo, el tocino y la malta tostada para hacer café, a 25 céntimos, porque el café se vendía menos», ríe.

En la actualidad, además de todo tipo de embutidos, no hay día que no se venda una botella de vino, «cuando antes el vino tinto se vendía de higos a brevas».