Crónicas de la ciudad

Seis ‘esponjamientos’ urbanísticos para el siglo XXIII

Las ciudades crecen y se transforman, pero también se ‘esponjan’ y rectifican. Por eso, aquí van seis predicciones para la Málaga de dentro de 200 años, si es que no se llevan a cabo antes

Vista aérea de la Catedral, con la manzana del Málaga Palacio y el Garaje catedral.

Vista aérea de la Catedral, con la manzana del Málaga Palacio y el Garaje catedral. / Álex Zea

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

Las ciudades crecen y se transforman pero también se «esponjan», cuando hay necesidad de abrir espacios que dejen atrás tramas urbanas mejorables o erradas. 

El reto de los políticos y urbanistas de los próximos siglos será sin duda «esponjar» algunos espacios de Málaga, para correr un tupido velo sobre los errores de nuestros cortoplacistas cargos públicos, cada vez más convencidos de su ‘infalibilidad urbanística’; una postura temeraria que está dando frutos pochos. 

En este mismo siglo, ya hemos presenciado movimientos a favor de ese esponjamiento, tanto en los debates de la Fundación Ciedes como en otros foros. Y no hay que ser un augur para predecir que la Málaga del futuro irá en esa dirección.

Aquí van algunas predicciones de lo que harán los malagueños del futuro. Las ‘hemerotecas siderales’ del siglo XXIII dirán si el firmante acertó o si todo sigue como en el XXI, porque los políticos siguen pensando a cuatro años vista.

Las Torres de Martiricos asoman por los tejados del Centro.

Las Torres de Martiricos asoman por los tejados del Centro. / A.A.

1. La manzana completa del Málaga Palacio irá fuera. Para que la Catedral, ya finalizada, recupere su protagonismo, las generaciones futuras eliminarán este obstáculo, empezando por el hotel pero sin dejar de lado ni el antiguo edificio de Iberia ni el resto de inmuebles.

2. Los edificios junto a la ladera de la Alcazaba y Gibralfaro de calle Alcazabilla irán fuera. Es un planteamiento de futuro recientemente recordado por la Real Academia de San Telmo. Eso implicaría disfrutar, libre de obstáculos, de la gran ladera monumental de Málaga y también, que el futuro Neoalbéniz camina en contra de los tiempos; por lo tanto, también será demolido -como lo fue la Casa de la Cultura- y sustituido por una sede de más empaque en otro sitio.

3. El bloque ilegal de la falda de Gibralfaro caerá por fin. El símbolo  de la picaresca urbanística malaguita, perpetrado por unos militares poco defensores de nuestra patria, dejará de invadir la ladera del monte. Uno de los sueños de nuestro actual alcalde, Paco de la Torre, se hará realidad. 

4. Se demolerán los rascacielos de Repsol. La Málaga del siglo XXIII, comprometida con el Medio Ambiente no sólo de boquilla, se librará de ese bárbaro desarrollo inmobiliario, para que los barrios más masificados puedan disfrutar al fin de un gran ‘Central Park’ en forma de bosque de 177.000 m2.

5. Echarán abajo las dos Torres de Martiricos. El mayor error urbanístico -hasta la fecha- del PP, en 30 años de gobierno, dejará de invadir todo el Centro y de colapsar las vistas del Guadalmedina.

6. La Torre del Puerto, por contra, no caerá porque no estará: o no llegará a construirse o habrán acabado con ella los temporales.

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