Ensayo

La sociedad, el tiempo, y los hombres

En un esclarecedor ensayo, Zygmunt Bauman regresa al concepto de ‘tiempo líquido’ y a cómo está influyendo en las personas y en la sociedad

Zygmunt Bauman.

Zygmunt Bauman. / L. O.

María Gaitán

María Gaitán

Zygmunt Bauman nació en Poznan, Polonia, en 1925, y falleció en Leeds, Inglaterra, en 2017. Su vida estuvo marcada por la lucha, ya que fue miembro del Partido Comunista hasta la represión antisemita de 1968. Se vio obligado a abandonar su puesto de profesor de Filosofía en la Universidad de Varsovia para posteriormente enseñar en la Universidad de Israel, Estados Unidos y Canadá. Su prolífica obra en el ámbito de la filosofía social le hizo merecedor del premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades en 2010.

La caracterización de la modernidad como un «tiempo líquido» es uno de los mayores aciertos de la sociología contemporánea, que ha sufrido un cambio de paradigma que ha enmarcado muy bien Zygmunt Bauman a lo largo de sus diferentes obras, como son ‘Modernidad y holocausto’ o ‘Modernidad líquida’. Cuando Bauman define este tiempo que habitamos bajo el término «tiempos líquidos» está cambiando la percepción que tenemos acerca de la época que vivimos. El pensador polaco expone eso de «líquido» y «sólido» para referirse a los cambios en la historia de la Humanidad, donde «sólido» hace referencia a una historia estable y repetitiva, y «líquido» se refiere a una historia cambiante y voluble. La condición voluble del tiempo tiene de suyo que haya una gran incertidumbre acerca de hacia dónde vamos. Como individuos nos vemos tan desprotegidos que la planificación a largo plazo es inconcebible. Las personas viven en el ahora, pero ese ahora no para de cambiar. Les resulta imposible hacer planes de futuro o imaginar cómo será el mañana. En este libro Bauman se adentra en disciplinas como la economía o la política, aunque sin duda está en su terreno, que no es otro que la sociología. Describe la situación ante la que nos encontramos como lo haría un sociólogo, es decir, sin tomar partido. El autor se limita a exponer los hechos sin dar su opinión sobre ellos ni proponer en ningún caso soluciones. El mismo Bauman dice en el libro que aportar soluciones sería contraproducente. Pareciera como si lo «sólido» fuera algo que tenemos que dejar atrás pero sin haber marcado aún un nuevo rumbo. 

El autor se limita a ver cómo la sensación de vacío existencial va calando en la gente, porque sabemos que algo pasa, pero no sabemos qué. Este nuevo tiempo sin valores ni instituciones nos ha dejado solos, ya ni siquiera tenemos una comunidad. El hombre es un animal social y este aislamiento en nosotros mismos nos provoca una tristeza infinita de la que no podemos salir porque no hay nada en el mundo para nosotros. 

Antes sabíamos que los valores sociales y morales se sustentaban en los otros, pero al desaparecer el otro debido a la separación del poder y la política (ya sabemos que la separación del poder se da para que las diferentes ramas similares en jerarquía del poder no interfieran unas con otras), el problema es que todo lo político acaba por influir en lo social porque al final son dos caras de la misma moneda. Es este aislamiento en las instituciones el que desemboca en un aislamiento social, personal, individual. Todo esto es debido a que si las instituciones no viven lo bastante para asentarse y marcar una línea de actuación a los hombres dejan de servir, porque su única misión era servir de marco de referencia para las acciones humanas. Así, con todo lo anterior vemos que existe también un deterioro de las medidas de protección y los mecanismos de seguridad que protegen al individuo, es decir, que no solo nos vemos aislados y sin referencias, sino que también nos encontramos desprotegidos ante las acciones que se desarrollen. Debido a esta situación los seres humanos han dejado de mirar hacia delante porque no pueden ver nada, no existe un futurible que les devuelva la mirada. No sabemos qué hacer ante el vacío, no podemos arreglar algo que está en constante cambio y no mantiene nada, no podemos arreglar una sociedad así porque no deja ningún cabo del que tirar. 

Los españoles podemos entender muy bien el punto de vista de Bauman, vivimos una situación como la que describe. Además, podemos ver cómo las instituciones a nivel europeo se han deteriorado. La política se ha menoscabado dando paso al deterioro social, a que nada perdure. Todo tiene visos de inmediatez y queremos que todo sea ahora, ya. Así podemos entender que lo que este pensador nos propone no es solo algo teórico, su teoría tiene practicidad, está ocurriendo. Sabemos que Bauman no da soluciones, pero al menos leyendo este libro podremos identificar el problema, un problema que sin duda estamos viviendo en primera persona. Un problema que nos paraliza, que hace que no sepamos dónde ir ni hacia dónde. Nos ha dejado sin futuro, sin esperanzas. ¿Cómo elaboramos unas nuevas instituciones si no sabemos hacerlas perdurar? ¿Qué sentido tiene esperar de las cosas mejoren? Estas preguntas se quedan sin respuesta en esta obra en la que no tenemos más remedio que ser meros observadores y quizá sea eso lo que dé más miedo. Que hay un cambio de paradigma está claro, pero aún no sabemos a dónde nos lleva, solo sabemos que estamos tristes, decaídos, que hemos entrado en un modo del ser del que no sabemos nada. 

Lo que parece obvio es que en esta modernidad líquida es imposible que nada cale, ni instituciones, ni modas, ni identidades, ni relaciones, todo es efímero. Esto crea individuos perdidos, sin marcos de referencia a largo plazo, condenados a seguir en un presente cuyas reglas no paran de cambiar. ‘Tiempos Líquidos’ trata de indagar en las consecuencias del paradigma actual y las repercusiones que este cambio de paradigma pueda tener en las personas.

Tiempos líquidos

Autor: Zygmunt Bauman

Editorial: Tusquets

Traducción: Mayka Lahoz

Páginas: 176

Precio: 17,00 €