Desahucio

«Nos van a pagar un hostal tres días, después no sé lo que haremos»

La familia Ghazviniloo fue desahuciada ayer de la vivienda en la que vivían desde hace 20 años: «Ha sido el peor día de mi vida»

Cyrus y Guity Ghazviniloo han sido desahuciados. | L.O.

Cyrus y Guity Ghazviniloo han sido desahuciados. | L.O.

A las diez en punto de la mañana de ayer, la comisión judicial enviada por el Juzgado de Instrucción número 1 de Torremolinos llegó al tercer piso del número 9 de la calle Las Flores de Arroyo de la Miel, para cumplir la orden de lanzamiento (desahucio) de la vivienda en la que han vivido desde hace 20 años la familia Ghazviniloo.

Al final, la juez desestimó los recursos presentados por los abogados de los Ghazviniloo para intentar parar el desahucio y madre e hijo tuvieron que abandonar su hogar.

Sobre ellos pesa una deuda de 8.750 euros con la propietaria de la casa por el impago del alquiler, además de otras deudas con Endesa, la Seguridad Social e incluso el Ayuntamiento de Benalmádena (por no justificar una ayuda concedida para la compra de alimentos).

«Una representante del Sindicato de Inquilinos ha hablado con la procuradora pero no ha podido paralizar el desahucio -explica Cyrus Ghazviniloo-. Hemos tenido que abandonar la casa sin apenas tiempo para coger nuestras cosas», afirma el hombre de 40 años, con una discapacidad del 35%.

A pesar de la tensión de los primeros momentos, Cyrus reconoce que los agentes de la Policía Local de Benalmádena que acompañaban a la comisión judicial para evitar posibles incidentes «han sido muy amables, en todo momento, y han ayudado a mi madre (una mujer de origen iraní de 64 años , con una discapacidad del 41%) a bajar las escaleras con cuidado porque entre los dolores y el estrés de la situación estaba muy nerviosa» (vivían en un tercer piso sin ascensor).

Consumado el desahucio, madre e hijo acudieron a los Servicios Sociales del Ayuntamiento, donde les explicaron que Cáritas les iba a pagar tres noches para que puedan dormir en un hostal.

«Nos han invitado a comer en un bar que hay al lado de casa y acabamos de llegar al hostal, donde podemos quedarnos desde las seis de la tarde hasta el mediodía del sábado», explica Cyrus.

Su madre ya tiene billete de vuelo para viajar a Irán, con el fin de agilizar la herencia de sus abuelos. «El vuelo sale a las seis el domingo y la preocupación de mi madre es qué voy a hacer yo estos días».

La comisión judicial le ha autorizado a volver el domingo al piso para retirar sus enseres «y todo lo que no pueda llevarme lo tirarán», explica Cyrus, que ahora busca un sitio donde guardar las pocas pertenencias que tienen.

¿Y ahora?

«Mañana volveré a Asuntos Sociales para ver cómo me pueden ayudar porque no sé donde dormiremos a partir del domingo. Al menos mi madre se va unos días a Irán pero yo no tengo donde quedarme», explica Cyrus Ghazviniloo.

El hombre apenas se ha llevado el uniforme de la empresa FCC para la que trabaja como barrendero en Mijas los fines de semana y festivos, por lo que cobra 790 €. «El problema es que con ese sueldo y el dinero que debo no tengo acceso a una vivienda en alquiler. Necesitaría otro trabajo para completar mi sueldo y pagar un alquiler y mis deudas pero ahora mismo no encuentro nada. Me habían hablado de trabajar en el parking de Pueblosol dentro de la cuota para discapacitados pero no tengo acceso porque ya tengo un empleo y esos puestos son para quienes están en paro», explica Cyrus Ghazviniloo. «No sé qué va a ser de mí -afirma el hombre-. Hoy ha sido el peor día de mi vida».