Ciencias de la Atmósfera / Astronomía

La atmósfera de la Tierra podría salvarnos frente a la explosión de supernovas cercanas

Los investigadores han profundizado sobre cómo la atmósfera de la Tierra protege la vida de las catástrofes cósmicas

Recreación artística de una explosión de supernova de tipo II. Los rayos gamma y la radiación ionizante que producen estos eventos extremos son peligrosos para la vida.

Recreación artística de una explosión de supernova de tipo II. Los rayos gamma y la radiación ionizante que producen estos eventos extremos son peligrosos para la vida. / Crédito: ESO.

Pablo Javier Piacente

Las supernovas son peligrosas y cuanto más cerca se encuentra un planeta de ellas, más letales son sus efectos. Los científicos han especulado sobre las consecuencias que han provocado las explosiones de supernovas en la Tierra, preguntándose si han desencadenado extinciones masivas o al menos extinciones parciales. Se sabe que una vez cada un millón de años estalla una supernova a una distancia de 326 años luz de nuestro planeta: un nuevo estudio concluye que la atmósfera terrestre, crucial para la vida, sería efectiva para protegernos frente a un evento de este tipo.

Una investigación publicada recientemente en la revista Communications Earth & Environment y liderada por el profesor Theodoros Christoudias, del Centro de Investigación sobre el Clima y la Atmósfera del Instituto de Chipre (CyI), concluye que la atmósfera de la Tierra es eficaz para proteger la biosfera de las supernovas cercanas. Estos eventos extremos pueden ser perjudiciales para nuestro planeta, debido al impacto de la radiación cósmica.

Las supernovas son gigantescas explosiones estelares, que generan rayos gamma y radiación ionizante con el potencial de afectar negativamente a su entorno cercano. Este tipo de radiación es nociva para la vida: en nuestro caso, puede dañar el ADN y volver inhabitable a la Tierra. Los especialistas estiman que se produce una supernova cercana a nuestro planeta cada millón de años, a una distancia aproximada de 326 años luz.

Un escudo protector

Estudios previos han comprobado que isótopos radiactivos producidos por supernovas cercanas hace millones de años aún persisten en los sedimentos oceánicos de la Tierra: a partir de estos datos, algunas teorías sostienen que determinadas extinciones masivas o parciales de especies podrían haber estado originadas por el impacto de las supernovas. Analizando este escenario, Christoudias y sus colegas probaron la efectividad de la atmósfera terrestre como “escudo protector” frente a nuevas supernovas cercanas.

Vale destacar que el nuevo trabajo se enmarca en la colaboración CLOUD del CERN, en un equipo que incluye a expertos del Instituto Max Planck de Química (MPIC) y la Universidad de Helsinki, entre otras instituciones. Según un artículo publicado un Universe Today, los científicos concluyen que la atmósfera y el campo geomagnético de nuestro planeta protegen eficazmente la biosfera de los efectos de las supernovas cercanas, lo que ha permitido que la vida evolucionara en la Tierra durante los últimos cientos de millones de años.

Un impacto contenido

Al mismo tiempo, el propio Christoudias indica en un artículo publicado en Springer Nature que aunque las supernovas cercanas pueden producir un intenso estallido de rayos gamma e incrementar en 100 veces los rayos cósmicos, en un efecto que puede durar varios siglos, las consecuencias para nuestro planeta se atenúan fuertemente antes de alcanzar la estratosfera inferior. Hacia el pasado, los especialistas consideran poco probable que las supernovas cercanas hayan causado extinciones masivas en la Tierra.

La intensa radiación cósmica afecta al ozono estratosférico, pero los efectos compensatorios de los ciclos químicos provocan que el agotamiento del ozono sea moderado y comparable al provocado por las emisiones antropogénicas actuales. Debido a estas condiciones, es poco probable que los cambios en el ozono tengan un impacto importante en la biosfera, especialmente porque la mayor parte de la pérdida de ozono ocurre en latitudes altas.

Sin embargo, los científicos aclararon que el nuevo estudio se concentra en el impacto general en toda la biosfera, pero no considera los riesgos directos y específicos para la salud de los seres humanos y los animales derivados de la exposición a una radiación ionizante elevada. En resumen, la atmósfera y la magnetosfera parecen proteger eficazmente al planeta de las supernovas, por lo menos dentro de los rangos de distancia analizados.

Referencia

Earth’s atmosphere protects the biosphere from nearby supernovae. Theodoros Christoudias et al. Communications Earth & Environment (2024). DOI:https://doi.org/10.1038/s43247-024-01490-9

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