Procesión extraordinaria

Y la Paz se hizo en Málaga

La procesión extraordinaria de la Virgen de la Paz se convierte en una exaltación mariana de la hermandad de la Sagrada Cena, que celebra por todo lo alto su centenario, implicando a cofrades y malagueños

La petalada a la Virgen de la Paz desde la casa hermandad del Sepulcro se hizo con las flores del sepelio de Augusto Pansard

Miguel Ferrary

Miguel Ferrary

Cuando vivimos una inflación de procesiones extraordinarias por todo tipo de aniversarios y conmemoraciones, llega la hermandad de la Sagrada Cena con sus cien años y muestran que hay otra forma de hacer las cosas. Sin desmerecer otras salidas realizadas en los últimos años y las que están por celebrarse, la Cena ha marcado un camino diferente, muy cuidado y pensado. No en vano, es lo que lleva años haciendo cada Jueves Santo, cincelando una personalidad propia, creando momentos cofrades que se han convertido en cita obligada de un Jueves Santo lleno de momentos que nadie se quiere perder. Rafael López Taza, como hermano mayor, ha sido el motor de este cambio de mentalidad, aunque cuenta con un equipo muy comprometido y -me van a perdonar que use esta palabra tan 'moderna'- disruptivo. Hay otros caminos para hacer lo de siempre como nunca se había hecho y por ahí transita esta hermandad.

La procesión extraordinaria de la Virgen de la Paz por el centenario de la hermandad fue una buena muestra de lo que ocurre cuando se ponen a pensar y trabajar en esta hermandad, con una rutina de trabajo, detallismo e ilusión que se ha implantado desde hace años en la hermandad. Esta procesión tuvo este sábado su máxima expresión, aunque comenzó casi una semana antes con un traslado que venía a coser la historia moderna de la hermandad con sus orígenes, llevando la Virgen de la Paz a la Basílica de la Victoria, donde fue fundada la cofradía. Ha sido una semana de cultos y de unir la hermandad con las victorianas. Una hermandad que no sólo se ha centrado en visitar el barrio, sino en colaborar todos en organizar esta procesión. En esencia, en hacer grande la advocación de la Paz, que no es sólo procurar la ausencia de conflictos, sino fomentar el amor fraternal, respeto y colaboración. De eso se ha visto mucho en la procesión, que partió de la casa hermandad del Rocío a las 19.00 horas, con un cortejo de hermanos con velas y la representación de hermandades victorianas con sus guiones.

Alfombra de sal

A partir de ahí se desarrolló el carácter extraordinario de la procesión. Extraordinario por ser en una fecha inusual y por un motivo especial, pero también por el carácter festivo y diferente que se le dio a la procesión. Quizá lo que más ha llamado la atención ha sido la alfombra de sal, con 7.000 kilos distribuidos en la calle Larios en un dibujo efímero de gran preciosismo y un mensaje de paz para todos los malagueños. Realizada con la colaboración de más de medio centenar de jóvenes cofrades malagueños, despertó una gran expectación y fueron muchos los malagueños que acudieron a ver la alfombra a lo largo del día, que desaparecería con el paso del trono de la Virgen de la Paz. 

Petalada a la Virgen de La Paz desde la sede de La Opinion

Sin embargo, no fue lo único que preparó la hermandad: hubo petaladas en distintas partes del recorrido, se lanzaron miles de 'aleluyas' con imágenes de la Virgen de la Paz, se interpretaron y bailaron malagueñas, sevillanas y bulerías en honor a la Virgen y se vivió el carácter extraordinario con numerosos 'vivas' gritados a su paso. En especial en el barrio de la Victoria, que acompañó a la Virgen de la Paz y disfrutó de la procesión en todo momento. La devoción popular que tan a flor de piel está en el barrio de la Victoria se pudo apreciar desde el momento en que la Virgen salió a la calle con la luz cálida de la tarde, mientras una cascada de pétalos perfumaba el ambiente y los cohetes anunciaban a la ciudad que la Virgen iba a repartir paz en Málaga.

Había balcones adornados, casas hermandad vestigas de gala para recibir a la Virgen y calles enteras con farolillos, reposteros y banderas con mensajes de alabanza a la Virgen. El sabor popular -que no popularechero- que supo transmitir la hermandad a cada detalle invitaba a participar de la procesión, a sentirse cómodo y cercano a la Virgen. A acompañarla y descubrir las sorpresas que se le habían preparado en el recorrido.

Procesión extraordinaria de la Virgen de la Paz por el centenario de la hermandad de la Sagrada Cena

Petalada frente a la casa hermandad del Sepulcro con las flores del sepelio de Augusto Pansard, pregonero dela Semana Santa de Málaga 2024 fallecido el viernes / Eduardo Nieto

Un momento de especial emotividad se vivió al paso del trono de la Virgen de la Paz por la calle Alcazabilla. La cofradía del Sepulcro había preparado un altar para recibir a la Virgen y una petalada, en la que estuvo muy presente en la memoria de todos el pregonero de la Semana Santa de Málaga 2024 Augusto Pansard, fallecido el pasado viernes de madrugada. Y es que los pétalos utilizados venían de las coronas y centros de flores que se enviaron al sepelio del pregonero. Un gesto muy bonito y que seguro que Augusto habrá disfrutado desde el cielo.

Y así se llegó a la calle Especería y Cisneros, culmen de la procesión ya en el tramo final. La gran petalada preparada por la hermandad, desde varias alturas de balcones y que esa misma mañana del sábado se había ensayado por los hermanos para acompañar el lanzamiento de los pétalos a la música de la Banda de la Paz, que interpretó 'Rosario de Montesión' a su paso por este punto. Un manto de pétalos para recibir a la Virgen de la Paz.