Opinión | El mundo por de dentro

Sombras chinas y juegos de mesa

Seguramente no lo habrán visto en titulares de primera página, pero este fin de semana pasado se reunió en un hotel de Mirasierra (Madrid) el grupo Beilderberger. El año pasado se reunieron en Portugal siendo todavía primer ministro el socialista Antonio Costa; este año le toca a Madrid. Cuentan con la asistencia del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares; el ministro de Economía, Carlos Cuerpo; la presidenta del BEI, Nadia Calviño; el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos; y el ex secretario de Asuntos Exteriores, Ildefonso Castro, ahora en el Partido Popular (PP). Invitados por los dirigentes de grandes empresas multinacionales europeas, norteamericanas y por supuesto españolas: la presidenta del Santander, el de Acciona, el de Atresmedia, Planeta. entre otros. La lista de asistentes-131- está en https://bilderbergmeetings.org/press/press-release/participants. El club funciona desde 1954 en que se reunió por primera vez en la ciudad holandesa del mismo nombre. Se le ha llegado a calificar como «gobierno del mundo en la sombra». A diferencia de sus remedos: Foro de Davos, la Comisión Trilateral, o el Club de Roma; los Beilderberg se rigen por la norma de que no se debe contar nada de lo que se hable -’Chattam House’-. Es un club privado. Hasta ahora el delegado en España era Juan Luis Cebrián (Grupo Prisa), mientras que ahora el periodista estrella parece ser Pedro J Ramírez (El Español). Hasta hace unos años la Reina Sofía siempre había sido invitada según cuenta Daniel Estulín en ‘La Historia definitiva del Club Beilderberg’, (Edit. Planeta. 2008). Mas información Sobre estos foros en INFORMACIÓN ‘Del Foro a los Beilderberg’ (27-I-2018) Antonio Balibrea.

El que no vote luego no tiene derecho a quejarse, digo yo. Las elecciones europeas son cada vez más importantes y tienen más repercusión en nuestra vida cotidiana. el lunes sabremos el resultado. Pero también conoceremos el resultado en la elección de la Mesa del Parlament catalán. Si llegan a un acuerdo el Partido Socialista catalán Esquerra Republicana y En Comú Podem suman 68 votos, la mitad más uno, el candidato y president de la Generalitat sería Salvador Illa; mientras que todos los demás se quedarían en 67.

El Tribunal Constitucional se ha pronunciado en el mismo sentido que sus predecesores, para los implicados en el ‘procès’ anula el voto a distancia que afecta a dos diputados de Junts: Lluís Puig, y Carles Puigdemont, que residen en el extranjero y no podrían votar por delegación de voto, ni por vía telemática. En tal caso el resto de los grupos no sumarían 67; sino 65. La mesa de edad se constituye el lunes por la tarde y la forman como presidente el de mayor edad (Junts) y los otros dos miembros son de ERC y de Vox. El presidente de la Mesa puede ignorar la resolución del Tribunal Constitucional- ya lo hicieron en el anterior Parlament- y en ese caso, la abstención de ERC, haría que Puigdemont fuera el candidato a presidente y sería elegido President, siempre que le apoyaran los demás independentistas y toda la derecha catalana: PP, Vox y AC. «El Partido Popular catalán que sería capaz de votar a Puigdemont, al líder de Junts, siempre que éste vote a Feijóo en las Cortes Generales. ¿Se lo imaginan?». Les preguntaba retóricamente en esta misma columna el pasado día 18. (INFORMACIÓN ‘Hablando catalán en la intimidad’). El otro día el propio Feijóo sugirió ese posible acuerdo a pesar de las reacciones de sus correligionarios. Ahora Junts- Puigdemont- propone eliminar el impuesto de patrimonio- como Ayuso en Madrid- para atraer el voto de la derecha y justificar el pacto. Además, todos coinciden en su cercanía al gobierno de Netanyahu y el rechazo ahora al reconocimiento de Palestina; no es una coincidencia menor. Feijóo lo que está peleando o intentando pactar es la última oportunidad de ser presidente del Gobierno. Está en su derecho si le dejan, en primer lugar, los suyos.

Las sombras chinas a veces son engañosas y no se corresponden con lo que está sucediendo realmente detrás de la pantalla, por muy potente que sea el foco que pongamos. En ocasiones no hay ni luz, ni taquígrafos. En algunos juegos de mesa las señas son los gestos, en otros los recados bajo la mesa, o los envites y órdagos. Y en algunos, como el mus, siempre cabe el descarte. Incluso puede haber quien se guarde un as en la manga. Con el tiempo se sabrá.

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