El médico acusado de homicidio imprudente el 23 de octubre de 2005 tras una liposucción a la esposa del que fuera presidente de la República de Nigeria, Stella Iubayelea Obasanjo, ha asegurado a la jueza que la intervención y el post-operatorio fue "absolutamente normal".

El juicio ha comenzado hoy en el Juzgado de lo Penal número 6 de Málaga y durante el mismo el facultativo ha asegurado que su paciente era una mujer sana, con un estado de ánimo bueno y que todas las pruebas que se le realizó antes de la liposucción hacían pensar que era apta para la intervención.

Pese a la edad de la víctima, 59 años, el cirujano, especialista en cirugía plástica reparadora y estética, ha destacado que no había ningún inconveniente, ya que ha practicado intervenciones de este tipo incluso a mujeres de más de 70 años.

El fiscal, durante el juicio, ha mantenido que el acusado, pese a haber realizado más de 300 liposucciones, "no controló correctamente la cánula con la que extraía la grasa", lo que le ocasionó a la mujer cinco incisiones en el hígado y el colon.

Esta versión ha sido corroborada por los testigos que han declarado hoy, entre ellos el anestesista y tres enfermeros, que han explicado que la paciente se recuperó muy bien y decía sentirse muy feliz.

La entonces primera dama, que falleció con 59 años, acudió por primera vez a la clínica Molding Clinic de la localidad malagueña de Marbella el 31 de agosto de 2005 para someterse a una operación de cirugía estética.

Allí fue atendida por el acusado, quien tras hacerle algunas pruebas y preguntas la citó para el 20 de octubre de 2005, donde tras un nuevo examen médico, la primera dama fue convocada a las 8.25 horas del día siguiente.

El médico la sometió a una lipoescultura ultrasónica de abdomen, epigastrio, dorsal, cuello y francos, pero durante la intervención presuntamente "no controló correctamente la cánula con la que extraía la grasa".

Debido a ello, la mujer sufrió cinco incisiones de hasta 3,7 centímetros de longitud en la cara ventral del lóbulo izquierdo del hígado, y un desgarro de dos centímetros en el colon y otras cuatro punciones más en ese mismo lugar.

Durante el postoperatorio, estas lesiones produjeron a la primera dama una perdida masiva de sangre y la salida de heces en la cavidad peritoneal, además de una parálisis intestinal refleja como consecuencia de la perforación intestinal.

La mujer fue empeorando durante los dos días siguientes a la intervención y acabó desarrollando un cuadro de choque sèptico e hipovolémico y, según el fiscal, "el médico no diagnosticó esta situación" y le administró un tratamiento incorrecto para su cuadro clínico, pese a "presentar claros signos comunes a ello".

En la madrugada del 23 de octubre, cuando la situación era "crítica", el acusado determinó trasladarla al hospital USP, también ubicado en Marbella, y la primera dama ingresó en dicho centro a las 2.40 horas donde, "a pesar de poner los medios necesarios, no se pudo evitar el fallecimiento, que tuvo lugar a las 3.45 horas".

Sobre el traslado de la paciente, el fiscal también destaca que en vez de llevarla en algún vehículo de la compañía "Helicópteros Sanitarios", especializados en este tipo de traslados, el médico determinó llevarla en un vehículo de la propia clínica.

La vista oral continuará el próximo 20 de julio en el Juzgado de lo Penal número 6 de Málaga con la declaración de varios médicos y forenses en calidad de peritos.

La Fiscalía malagueña ha solicitado, en sus conclusiones provisionales, dos años de prisión y cinco de inhabilitación para el facultativo por esta muerte y también pide que indemnice a los herederos con 120.000 euros.