Turismo

Cierre del Guadalpín Banús: «Pensaba jubilarme en el hotel. Ahora, no sé qué haré mañana»

Trabajadores del Gran Hotel Guadalpín Banús tratan de superar la desazón y reivindican unos puestos de empleo perdidos a raíz de un pleito entre la empresa que explota el establecimiento y un grupo inversor que ha adquirido varias dependencias

Trabajadores del hotel, ayer, se animaban mutuamente, mientras la  Policía  custodiaba la entrada.

Trabajadores del hotel, ayer, se animaban mutuamente, mientras la Policía custodiaba la entrada. / L. O.

«No veo el futuro con mucho optimismo», señaló ayer Isabel, una de las 180 empleadas del Gran Hotel Guadalpín Banús, después de que una comisión judicial ordenara el lanzamiento de buena parte del local a raíz de un litigio que enfrenta a la empresa que explota el establecimiento hotelero y un grupo inversor que ha adquirido varias dependencias.

Entre las áreas que los tribunales han ordenado clausurar figuran las cocinas, un equipamiento esencial para garantizar la atención a los clientes de un establecimiento de cinco estrellas en Marbella y que prestaba servicio a los restaurantes y habitaciones del hotel.

«Un hotel sin cocina no es nada porque el cliente vendría a un establecimiento sólo de habitaciones. Mientras el litigio no se solucione en los tribunales, nos deberían dejar trabajar. Los empleados no somos los culpables», agregó la trabajadora, camarera de piso durante 16 años.

«No sabemos realmente qué haremos el día de mañana. El cierre te pilla con una edad que no es fácil. Pensabas jubilarte aquí y es triste acabar así», añadió Loli, también camarera de piso en el hotel.

Además de las cocinas, los tribunales han cerrado, en pleno verano, tres restaurantes con terraza, 49 de 181 habitaciones, zonas comunes y plazas de aparcamiento de un hotel que, hasta ayer, registraba una ocupación próxima al 75 por ciento.

«No sabemos qué pasará. No sé si mañana (por hoy) tengo que venir a trabajar o no. No sabemos nada», agregó una de las empleadas que ha trabajado como camarera en uno de los restaurantes durante ocho años.

Entre la desesperación y la incertidumbre, algunos empleados apelaban a la movilización para mantener sus ocupaciones y el pleno funcionamiento de un hotel al que muchos trabajadores han dedicado los últimos 20 años de sus vidas.

«Continuaremos luchando. No dejaremos que el hotel se cierre. Seguiremos como podamos. Sin las cocinas quedamos bastante tocados, pero el plan b es seguir luchando», apuntó la presidenta del comité de empresa de CGT, Jackeline Lagarcha.

«La lucha de los trabajadores no ha terminado. Nos han dejado muy mal heridos, pero aún respiramos», añadió la representante de los empleados.

‘Guadalpín, no se cierra’

Minutos antes de las 10.30 horas, la comitiva judicial se personó en el hotel, en las cercanías de Puerto Banús, para hacer efectivo el lanzamiento de las dependencias.

Los representantes judiciales llegaron al local protegidos por una gran presencia policial y entre protestas como «Estáis jugando con nuestros hijos» o «180 familias a la calle» propelidas por los trabajadores.

La llegada del inversor que ha adquirido las dependencias que los tribunales han ordenado clausurar fue recibida al grito de «fuera, fuera», mientras que el zumbido del destornillador que utilizó el cerrajero para franquear la puerta de uno de los restaurantes afectados por el lanzamiento judicial contrastaba con la consiga «Guadalpín no se cierra», que corearon los trabajadores.

«Dios quiera que el día de mañana se encuentre una alternativa y que todos volvamos a trabajar, pero yo creo que no hay solución», lamentó poco después una de las empleadas del establecimiento hotelero, entre los abrazos y mensajes de ánimo que se intercambiaban los trabajadores y los gestos de incredulidad de los huéspedes.

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