Alfonso [10]. El ascenso no se entiende sin él. El mejor del equipo, obrando cada domingo un milagro distinto. Desde la portería ha sumado una gran cantidad de puntos y ha llegado a portar el brazalete de capitán.
Gabilondo [7]. De más a menos. Comenzó incombustible e indiscutible y se le acabó la gasolina en el tramo final de temporada. Notable rendimiento en el cómputo global de la temporada.
Puga [7]. Llegó en los últimos días del mercado invernal con poco cartel y aportó la necesaria frescura en el lateral derecho. De distinto perfil a Gabilondo, ofreció una nueva alternativa a Pellicer.
Einar [8]. No comenzó siendo fijo y cuando se asentó, se lesionó. Siempre que jugó fue de lo mejor y firmó un play off de escándalo. Su participación en la semifinal de vuelta tras el descanso se recordará durante años.
Juande [6]. Su final de temporada hizo olvidar la lesión que lo apartó durante dos meses, dejando atrás los fantasmas acerca de su falta de contundencia. Mejoró en el contacto y mantuvo su buen pie en salida de balón.
Ferreiro [8]. Criticado desde su llegada por su edad, cumplió desde el primer minuto. Aportó cosas que el Málaga no tenía y fue decisivo en el clave partido ante el Real Madrid Castilla con un doblete para ser terceros.
Ferreiro se despide del Málaga CF con una emocionante carta
Juanpe [4]. Las distintas dolencias lo alejaron muy pronto de la continuidad y cuando regresó no encontró su mejor versión. Se acabó convirtiendo en un recurso de contención para los últimos minutos para Pellicer.
Avilés [3]. Su llegada fue el lunar de la dirección deportiva en enero. Apenas aportó y no ocupó siquiera el rol de revulsivo con garantías. Incluso los juveniles Cordero y Ochoa lo adelantaron. Indiferente.
Larrubia [7]. A pesar de su irregularidad, supo aportar desde el costado diestro principalmente. Siempre se entendió con su lateral y aportó como suplente cuando le tocó. Notable mejoría en la toma de decisiones.
Kevin [7]. No comenzó bien la temporada, aunque fue en el tramo final cuando se centró y aportó un gran rendimiento. Se decidió a mirar a portería y cambió por completo la eliminatoria ante el Celta Fortuna.
Manu Molina [8]. Uno de los últimos en llegar en verano y desde entonces, de los pocos fijos. Su exquisita precisión a balón parado y su experiencia y criterio fueron indispensables en el esquema de Pellicer.
Víctor García [7]. Recordó a La Rosaleda lo que era tener a un buen centrador en sus filas. Acabó el curso algo justo en el aspecto defensivo, pero fue una constante amenaza desde el flanco izquierdo.
Genaro [8]. Resurgió. El más señalado tras el descenso se puso el mono de trabajo. El capitán ha sido clave hasta provocar una pequeña crisis de resultados con su ausencia de cuatro partidos por sanción en enero.
Dioni [7]. Era uno de los grandes fichajes. El máximo goleador histórico de la categoría comenzó fuerte, sumando varios goles. El cambio de esquema a un solo punta le restó protagonismo. De más a menos.
Dani Sánchez [6]. Aceptó su rol desde el principio como lateral izquierdo suplente. Rindió de doble lateral y aportó cuando jugó. Una de las voces cantantes del vestuario, tanto en momentos críticos como en los buenos.
Roberto [9]. Apoteósico. Al fin el Málaga volvió a tener un goleador. Se peleó con cada central de la liga y firmó un play off sublime. Decidió bastantes partidos y se cargó el equipo a la espalda sin miramientos. 20 goles.
Nelson Monte [8]. Su arranque fue una revelación y se convirtió en uno de los líderes del equipo desde el eje de la zaga, aunque perdió seguridad en el final de la campaña. Aun así, siempre fue un fijo.
Juan Hernández [3]. Ineficiente en ataque, no llegó a ser una alternativa real en ningún momento. No encontró su sitio y apenas sumó minutos de importancia. Insuficiente durante la mayor parte del curso.
Dani Lorenzo [8]. Dibujó jugadas donde la mayoría no se atrevía a imaginar. Perfil vital para romper líneas y dotar de gran calidad a la circulación de balón. Mejoró en la llegada al ataque.
Sangalli [5]. Comenzó bien, siendo un jugador distinto que hacía falta. No regresó bien de la enfermería y no terminó de encontrarse. Aportó en algunos finales de partido.
Murillo [5]. Irrumpió ante la falta de centrales a gran nivel e ilusionó a mitad de temporada, aunque fue a menos. Tuvo que cumplir de lateral izquierdo, siendo central diestro.
Antoñito Cordero[7]. El héroe de toda una ciudad. Debutó el 2 de septiembre y acabó un 22 de junio firmando el gol del ascenso a Segunda División. Derribó la puerta como pocos, un futbolista de futuro.
Aarón Ochoa [7]. A pesar de su insultante juventud, siempre fue una realidad. 16 años. Otro de los grandes héroes de Tarragona, no le tembló el pulso en el partido más importante de la historia reciente del club y lo ascendieron a Segunda.
Carlos y Moussa [6]. No contaron apenas con minutos, aunque siempre rindieron con nota. El arquero brilló en Copa y el central siempre aportó el poderío al que acostumbra.
Haitam y Ramón [SC]. Las lesiones les dieron dos y cinco partidos de descanso durante todo el curso. Fue entonces cuando demostraron que son jugadores diferenciales.