Ganar como manera de vida. Por lo civil o por lo criminal. Da igual, si sirve para ganar. Porque el Málaga CF se llevó ayer al zurrón tres puntos más en un mal partido de los de Muñiz, que sufrieron más de lo esperado ante un sorprendente Rayo Majadahonda. Un solitario gol de Jack Harper a los 10 minutos de partido y un paradón descomunal de Munir al final sirvieron para que el conjunto blanquiazul volviera a la senda del triunfo, afianzara su liderato en Segunda División e incluso, ampliara su renta a cuatro puntos con el segundo, después del traspiés de la UD Las Palmas en Gijón

No fue un buen partido del Málaga, que sufrió de lo lindo para cerrar el encuentro. Asistimos a la misma película que ante Tenerife o Alcorcón, con sufrimiento pero final feliz, que es lo importante. La imagen del Málaga ayer, pese a que se vació y supo defender el 1-0 con uñas y dientes, no fue buena, pero contrasta con los datos: líder incontestable de LaLiga 123 con 18 puntos de 21 posibles, invicto en casa y sin haber encajado un solo gol en La Rosaleda. Otro rollo.

Curiosamente, el gol de Harper le sentó mejor al Rayo Majadahonda que al propio Málaga, que había salido al partido en tromba y todo hacía presagiar que se podía dar otro festín al estilo que se dio con el Córdoba hace dos jornadas. Los locales se pensaron que el partido ya estaba ganado y los madrileños se soltaron tras los 10 primeros minutos de asedio malaguista, cambiaron el esquema de juego y se lanzaron a por el empate con argumentos. La presión adelantada a los de Muñiz les duró hasta el gol del canterano. Después dieron un paso atrás desconcertante ante un rival al que debió haber sentenciado cuando tenía contra las cuerdas.

El Rayo Majadahonda es inferior a todas luces que el Málaga, pero tampoco son cojos. Supo combinar, buscarle las cosquillas al equipo blanquiazul y hacer que cierto runrún llegara a las gradas. El cuadro rayista, que vive esta temporada su primera experiencia en Segunda División, no marcó por su incapacidad de remachar las jugadas y gracias a un gigante Munir, que voló cerca del minuto 90 para sacar un zapatazo a mano cambiada en la mismísima escuadra.

Antes , el Málaga, en arreones, sí pudo volver a batir a Basilio por medio de Ontiveros y Blanco Leschuk. El argentino, una vez más se comió a la zaga rival por alto y solo le faltó el gol para culminar otra buena actuación en punta. Se le resiste el gol al «9» malaguista en los últimos partidos. Ayer, Basilio y el larguero impidieron que sumara algún gol más en su cuenta.

Sorprendió, y mucho, la titularidad de Juanpi en el volante derecho. Pacheco sigue sin estar al 100 % y el venezolano parece haberle ganado la partida a Hicham. Se le vio más fino, mejor en la arrancada, más rápido en la conducción, luchador y con ganas de agradar, aunque aún falta para ver al mejor Juanpi que deslumbró en Primera División de la mano de Javi Gracia. La grada lo supo ver y cuando fue sustituido por Hicham en la segunda parte le brindó una sonora ovación. Los desencuentros entre el zurdo y la marea blanquiazul habían sido una constante y parece que la reconciliación va por buen camino.

Ahora, con el Málaga más líder si cabe, afronta otra semana vital que culminará el próximo domingo en Riazor ante el Deportivo, otro de los Miuras de la categoría y que está llamado a pelear con el equipo de Muñiz por el ascenso a Primera.