Glorias

Fervoroso llega al cielo el clamor por el Carmen en El Palo y Pedregalejo

En estos barrios marineros, que aguardan con entusiasmo cada 16 de julio para celebrar las tradicionales procesiones marítimas y terrestres de la Virgen del Carmen el día de su festividad, la devoción se desborda en sus calles y, sobre todo, en el rebalaje

José Manuel Gutiérrez

El verano tiene en Málaga un punto de inflexión el día de la festividad de la Virgen del Carmen, una de las devociones más arraigadas en la ciudad y la práctica totalidad del litoral de la provincia, que se prepara con entusiasmo para consolidar la tradición y seguir transmitiendo, de generación en generación, la fe por la Reina de los Mares, sobre todo en los barrios de eminencia marinera, como El Palo y Pedregalejo, en la capital, donde, como dice la Salve, fervoroso llega al cielo su clamor por la que es capitana de sus vidas, ya en la calma o en la tempestad.

El del Palo es, por antonomasia, el barrio del Carmen. Ante la parroquia de las Angustias, cuya fachada lucía engalanada con flores de papel y banderitas con los colores carmelitanos, desde una hora antes del inicio de la procesión, se concentraban ya cientos de personas que aguardaban la salida de la Virgen para llevar a cabo su tradicional recorrido, que la llevaría en su trono procesional hasta la playa. Todavía no habían dado las 17.15 horas y los cientos se convirtieron en miles, mientras llegaban, en pasacalle, las bandas de cornetas y tambores de Gitanos, que se situaría abriendo la comitiva, y la banda de música de Zamarrilla, que acompañaría al trono realizado en 1994 por Rafael Ruiz Liébana. 

La Virgen del Carmen del Palo, escoltada por remeros, se aproxima a la playa para ser embarcada.

La Virgen del Carmen del Palo, escoltada por remeros, se aproxima a la playa para ser embarcada. / Álex Zea

Y no solo eran los vecinos los que llenaban las aceras y trataban de buscar refugio en la sombra. Eran infitinos también los visitantes de otros puntos de la ciudad los que también quieren cumplir con esta tradición y asistir a la procesión. Incluso llegan de otras provincias. Es el caso de Lidia y Marina, vecinas de Setenil de las Bodegas, en Cádiz. “Es la segunda vez que venimos porque el año pasado nos encantó y hemos decidido repetir”, explicaban.

A la hora prevista se abrieron las puertas del templo para que empezara al salir el cortejo de la hermandad, que superaba las 700 personas, de todas las edades, ataviadas, eso sí, con la característica indumentaria marenga. Las mujeres, como característica diferencial, lucían claveles blancos a modo de tocado, en sus cabezas. 

Una de las marengas integrantes en la procesión del Carmen del Palo.

Una de las marengas integrantes en la procesión del Carmen del Palo. / Álex Zea

El trono de la Virgen del Carmen salía a la calle pasadas las 17.30 joras, a los sones de la banda de Zamarrilla, que atacaba 'Virgen del Carmen Paleña', marcha dedicada a esta imagen. Iba adornado con su característico centro de claveles rojos a los pies de la imagan y profusos centros de flores variadas en las esquinas.

Antonio Ruiz, vecino del barrio, reconocía que siempre espera con muchas ganas este día del Carmen porque, para él, es una tradición anual que se repite desde que era pequeño. 

Las procesiones de la Virgen del Carmen del Palo y Pedregalejo, en imágenes

Vítores a la Virgen del Carmen cuando caía la tarde en la playa del Palo. / Álex Zea

Al filo de las 18.30 horas el trono de la Virgen ya enfilaba la calle Arquitecto Eduardo Esteve en dirección al paseo marítimo, donde iba a tener lugar el célebre embarque del Carmen en un rebalaje donde prácticamete no cabía un alfiler para iniciar su procesión marítima y bendecir las aguas de la bahía de Málaga. Ahí, a la altura del arroyo Jaboneros, se encontraría con la jábega de su homónima, la Virgen del Carmen de Pedregalejo, que había salido apenas a un kilómetro de distancia, desde la parroquia del Corpus Christi.

La devoción predilecta

Este barrio, de profunda tradición pesquera también, volvía a tener el privilegio de renovar su devoción hacia su imagen predilecta: la carmelita.

A las 19.00 horas horas abrían las puertas de la parroquia para que salieran los integrantes de la comitiva, que daban paso al trono de la Virgen del Carmen, que volvía a pisar las calles de su barrio. El exorno floral estaba compuesto fundamentalmente por rosas, delfinium, calas y helecho coral, en tonos blancos y violetas. La presentadora Terelu Campos dio unos toques de campana.

El Palo y Pedregalejo, barrios marengos de Málaga por antonomasia, han renovado este martes 16 de julio su devoción por la Virgen del Carmen

La Virgen del Carmen, por las calles de Pedregalejo. / Eduardo Nieto

Con marchas como 'Pasan los campanilleros' o 'Coronación de Nuestra Señora del Carmen', a cargo de la banda de música de La Paz, avanzaba la Virgen por las calles César Riario, Bolivia y Varadero cuando, pasado un cuarto de hora de las 20.00 horas, la imagen aparecía e iniciaba su andadura por el paseo marítimo de El Pedregal en dirección al embarque en el mar, a la altura del arroyo de los Pilones.

Momento del embarque de la Virgen del Carmen de Pedregalejo.

Momento del embarque de la Virgen del Carmen de Pedregalejo. / Eduardo Nieto

Allí esperaban cientos de devotos el momento del tradicional embarque de la imagen. Había numerosas embarcaciones que la acompañaron en su recorrido por las aguas de Málaga. 

Miguel e Isabel, dos vecinos del barrio de Pedregalejo, admitían que esta procesión "es algo único y que no se puede perder esa tradición del barrio".

Rozando las 21.00 horas, la imagen era introducida por los portadores en la tradicional jábega. Llegados a este punto, la procesión marítima, tan aparentemente caótica como profundamente emotiva, gozó de los momentos de mayor intensidad y de fervor popular.

Tras finalizar el tradicional camino por el litoral, la Virgen regresó al rebalaje, donde los portadores la llevaron de vuelta a su parroquia donde volvieron a recorrer el paseo marítimo de El Pedregal hasta su encierro que se produciría ya bien entrada la madrugada.