Arquitectura

En el corazón de la luz de Málaga: la Farola abre al público por primera vez

El tercer faro más antiguo de España y el único con nombre femenino sigue apoyando la navegación marítima y aérea

Conserva las estancias de la casa del farero así como las salas de control donde se ubican los sistemas de grabación de comunicaciones portuarias y de identificación de los buques

Ana I. Montañez

Ana I. Montañez

La luz de Málaga, el destello bicentenario del Dique de Levante, la Farola, ha abierto sus puertas al público este jueves por la mañana por primera vez en su larga historia para desentrañar ante un grupo de afortunados los secretos de esta joya del patrimonio industrial e histórico que, por cierto, sigue a pleno rendimiento.

Esta oportunidad única la ha ofrecido el festival de arquitectura Open House Málaga, que lleva ya cuatro años mostrando a los ciudadanos las entrañas de edificios históricos a los que casi nunca -o nunca- se tiene posibilidad de visitar.

Una visita inédita que ha estado a cargo del profesor de Historia del Arte en la UMA, Francisco Rodríguez Marín, una de las voces más autorizadas para hablar de este icono malagueño, ya que fue uno de los impulsores de la declaración de la Farola como Bien de Interés Cultural (BIC), la mayor figura de protección que se puede otorgar al patrimonio histórico español, que al faro malagueño se le otorgó el verano pasado.

Se trata del tercer faro más antiguo de España, como explicaba Rodríguez Marín, después de la Torre de Hércules en La Coruña y el Faro de Portopí en Palma de Mallorca. Y, como bien conocen los malagueños, también es el único con nombre femenino en todo el país.

Su historia se remonta al 30 de mayo de 1817 cuando se inauguró, aunque el origen del proyecto empieza a gestarse un año antes cuando el que era entonces director del Puerto, además de brigadier de la Armada e ingeniero naval, Joaquín María Pery y Guzmán, decide que es preciso la construcción de un faro fijo, después de haber acometido varias ampliaciones de la dársena malagueña que hasta entonces se habían salvado con una linterna móvil.

Una visita al interior de la Farola de Málaga

Ana I. Montañez

"Era una estructura de madera con un fanal colgante y había una persona que se encargaba de suministrarle diariamente aceite de oliva, le limpiaba los cristales para que fueran eficaces y cuando el dique avanzaba, esa torreta avanzaba", explicaba el profesor. "En el siglo XIX no se podía seguir avanzando de esa manera".

Y así emergió la Farola, que ha sobrevivido a dos siglos a través de reformas de los aparatos tecnológicos y también restauraciones ante episodios marcados por el deterioro de la edificación, por ejemplo, durante el terremoto que sufrió Málaga en 1884 y en la Guerra Civil española, cuando fue ametrallada.

Del farero al control remoto

Pasadas las 10 de la mañana, una treintena de personas ha cruzado el umbral de su entrada a la Farola, accediendo a una de las primeras estancias de lo que fue la morada del farero, una construcción de planta cuadrada que se construyó en torno al fuste -la estructura en forma de cono- en 1853 y que se amplía entre 1909 y 1915 para sumar una segunda planta con una terraza.

El interior no conserva muebles originales, salvo los de la cocina, la grifería del baño y los armarios empotrados de las habitaciones, a las que se accede por una escalera de caracol con barandilla metálica, construida precisamente para llegar a la segunda planta de uso doméstico.

El festival de arquitectura Open House Málaga ha organizado una visita guiada al interior de La Farola.

El festival de arquitectura Open House Málaga ha organizado una visita guiada al interior de La Farola. / Álex Zea / LMA

Para acceder a las salas de control y a la cúpula de bronce donde están colocadas las lámparas y las lentes hay que tomar otra escalera, más antigua y también de caracol, que dispone de 188 escalones y algunas ventanas angostas por las que se puede observar toda la extensión del paseo que lleva su nombre hasta el final de la estación marítima, por cierto, donde está proyectada la construcción del polémico hotel rascacielos, la Torre del Puerto.

Las salas de máquinas y de control ofrecen un interesante contraste entre los azulejos hidráulicos originales que conserva el suelo y todo el aparataje, ya de época actual, que mantienen en uso a la Farola.

Esto permite que ya no sea necesaria la presencia perpetua del farero sino que se controla en remoto, de manera que solo se accede a la Farola en caso de avería.

"Dispone de dos motores y dos lámparas para que nunca deje de girar y nunca esté apagado", explicó el responsable de infraestructuras y señales marítimas de la Autoridad Portuaria de Málaga, Sergio González, que también tiene a su cargo el control y mantenimiento de los faros de Torrox, Torre del Mar, Calaburras, Marbella y Estepona. "Si todo eso fallara, hay una baliza de emergencia, que tiene menos alcance que el faro original pero no estaría apagado y por tanto seguiría luciendo y no afectaría a la disponibilidad del faro".

El festival de arquitectura Open House Málaga ha organizado una visita guiada al interior de La Farola.

El festival de arquitectura Open House Málaga ha organizado una visita guiada al interior de La Farola. / Álex Zea / LMA

González añade que, pese a que a menudo se cree que los faros ya no son necesarios gracias a la tecnología de la que disponen los barcos, lo cierto es que en momentos con condiciones meteorológicas adversas, la señal luminosa -43 kilómetros de longitud, en el caso de la Farola-, es un apoyo muy importante para la navegación marítima.

De hecho, la actividad de la Farola no se queda ahí sino que, como resaltaba Francisco Rodríguez, es también un "aerofaro" porque emite señales verticales que sirven para la navegación aérea. Y en sus dependencias se ubican los sistemas de grabación de las comunicaciones portuarias -entre los prácticos, el canal de emergencia, el Port Control...- que, por ejemplo, en caso de accidente marítimo, un juez podría solicitar como prueba clave para esclarecer el caso, junto al Sistema Automático de Identificación mediante el que los buques informan del tipo de embarcación que es, su eslora, su manga, el nombre, la bandera, el rumbo e incluso lo que transporta.

Lámparas descatalogadas

Este edificio pasó de emplear aceite de oliva, parafina o petróleo para mantener vivo el haz de luz, o de usar un sistema de contrapesos para hacer girar el sistema hasta que llegó la electrificación.

Pese a los avances de la tecnología, lo curioso es que la lámpara que se sigue empleando, de halogenuro metálico, es un modelo que ya no se fabrica y que está descatalogado, por lo que Sergio González se vio obligado a hacer acopio de todas las que encontró en el mercado para asegurarse el funcionamiento.

Esto es así principalmente porque por ahora la tecnología LED no ha conseguido tener el alcance que tienen las lámparas antiguas, que duran alrededor de dos años. "Llegará pero ahora mismo no", explica el ingeniero.

El festival de arquitectura Open House Málaga ha organizado una visita guiada al interior de La Farola.

El festival de arquitectura Open House Málaga ha organizado una visita guiada al interior de La Farola. / Álex Zea / LMA

En cualquier caso, si finalmente se acaba construyendo el hotel rascacielos en el Dique de Levante, la Farola de Málaga se verá obligada a apagarse ya que el haz de luz se encontrará con un obstáculo en su camino, perdiendo así la función que ha conservado durante 200 años. Esto implicará a construir una nueva señal lumínica al final del Dique de Levante, al final de la zona de acceso restringido.

Por otro lado, el Puerto de Málaga ha iniciado ya la contratación de un proyecto para rehabilitar la Farola, muy achacada por las humedades, para adaptarla y convertirla en un museo, un proyecto que ya se anunció en su momento durante la celebración de su bicentenario pero que hasta ahora no se había llegado a impulsar.

"Sin que nadie lo haya proyectado y sin que nadie lo haya previsto, se ha convertido en el icono identificativo de la ciudad", concluyó el historiador malagueño, Francisco Rodríguez Marín.