Protección infantil
Detenida por inventarse problemas de salud de su hijo pequeño y sobremedicarlo
La investigación de la Policía Nacional de Málaga apunta a que la mujer sufre el síndrome de Munchausen por poderes, una forma de maltrato infantil
La obsesión de la mujer por sobreproteger a su hijo hizo que lo llevara hasta 130 veces al pediatra entre 2020 y 2021. La mayoría de ellas innecesarias, según la Policía Nacional, cuya investigación ha revelado que llegó a pedirle a los facultativos que le implantaran una sonda de gastronomía al niño alegando cuadros repetidos de vómitos que no existían. Finalmente, la mujer, de 38 años, ha sido detenida en Málaga como presunta autora de una forma de maltrato infantil conocida como el síndrome de Munchausen por poderes, que consiste en describir síntomas extraños que no encajan con ninguna enfermedad ni con los resultados de los análisis médicos.
El Servicio de Protección al Menor de la Junta de Andalucía ha declarado el desamparo del niño, que se encuentra con una familia de acogida, informó este lunes la Comisaría Provincial de Málaga. Según los investigadores, la obsesión de la mujer por exagerar el trastorno del niño y sobreprotegerlo podría ir dirigido a la consecución de beneficios secundarios como la obtención de ayudas sociales y la justificación ante terceros que su hijo necesita más dedicación por su parte.
Los agentes del Grupo de Menores (GRUME) iniciaron las pesquisas a partir de un oficio del Juzgado de Instrucción número 1 de Málaga que ordenaba investigar la denuncia de un hombre contra su expareja sentimental. El denunciante alertaba que la madre medicaba de manera desproporcionada al hijo de corta edad que tienen en común y que exageraba sus síntomas.
Los agentes comprobaron que la mujer mostraba una «preocupación excesiva» por la situación clínica del menor. Los informes de varias administraciones -centro educativo, servicios sociales y hospital- revelaban que supuestamente mentía cuando hablaba sobre los síntomas del niño y que llegó a demandar un aumento de las dosis de ansiolíticos por la creciente agresividad del pequeño, que resultaría inexistente. «Los distintos profesionales que atienden al pequeño coinciden en que es un niño pacífico con su grupo de iguales, no apreciándose rabietas, ni tampoco conductas autolesivas», explicaron. Su obsesión era de tal que llegó a plantear a la pediatra la implantación de una sonda de gastronomía por episodios continuados de vómitos y pese a que el pequeño siempre ganaba peso y talla. Según la policía, alegaba que las náuseas se acentuaban cuando el niño pasaba unos días con el padre y manipulaba a los profesionales sanitarios para que muchas de sus demandas se cumplieran.
Una de las principales pruebas para constatar el síndrome de Munchausen por poderes es demostrar el papel de la madre en la situación en que se encuentra el hijo, comprobándose que se halla libre de síntomas al estar alejado de la progenitora. De hecho, desde que se encuentra con una familia de acogida evoluciona «muy favorablemente», pasando de ser alimentado con purés a comer sólidos por sí mismo o poder trepar un tobogán, cuando la madre insistía en que necesitaba una silla de ruedas porque se caía todo el tiempo, siempre según la versión policial.
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