­Los más de 450.000 perros que hay en la provincia lo tienen este año difícil para darse un chapuzón. La Costa del Sol abre sus puertas para los turistas de cualquier lugar del mundo pero no cuenta con apenas sitio para que sus mascotas y la de sus vecinos durante todo el año se puedan bañar en aguas malagueñas. La ciudad solo tiene una playa habilitada para perros en el Arroyo de Totalán, entre Málaga y el Rincón de la Victoria.

Los 650 metros de ancho y entre 20 y 30 de largo en los que se distribuye esta playa es el único lugar que tiene licencia para llevar a tu mascota y echar un día de verano. El resto de playas que pueda haber en otros municipios y que dicen ser aptas para perros no cuentan con los permisos necesarios, según informan desde la Delegación de Medio Ambiente. Es el caso de la playa del Castillo Sohail de Fuengirola.

Tiene el permiso del Ayuntamiento y las asociaciones que facilitan localizaciones a través de páginas web a las que pueden ir dueño y mascota sin problema la dan por válida pero lo cierto es que no tienen la licencia necesaria por parte de la Junta de Andalucía. La institución le remitió el año pasado al Consistorio una amonestación ante esta práctica ilegal pero la playa continúa siendo para muchos la única playa, junto con la del Arroyo Totalán, a la que acudir con su perro.

Una con permiso y otra con el consentimiento por parte del Ayuntamiento de la localidad a la que pertenece para cerca de medio millón de perros que viven en la provincia. Para muchos son estas dos ubicaciones son insuficientes y dificulta la posibilidad de que los caninos disfruten de un día de arena y agua sin ganarse una multa su dueño pero, ¿por qué hay tan pocas? Los requisitos por parte de la Junta de Andalucía para declarar una playa apta para perros son estrictos. Cada año clos municipios costeros presentan su plan de playa y en él deben incluir la petición de declarar una playa para perros. Este año solo han recibido una por parte del Consistorio malagueño. Temporadas anteriores, Casares y Mijas también habían contando con espacios específicos para los animales pero ya no gozan de ese permiso. La cuestión principal radica en si las aguas son aptas para el baño de personas. Cuando no son aptas, y las condiciones medioambientales del entorno lo permiten, la Junta de Andalucía da luz verde al municipio para que la habilite.

Otra de las localizaciones que en temporadas anteriores se ha propuesto y no ha logrado el permiso es la desembocadura del Guadalhorce. Sus aguas no son aptas para el baño pero la Delegación de Medio Ambiente denegó la petición. En su orilla anida el chorlitejo, un ave caradriforme, que vería peligrar su reproducción en caso de convivir con los perros. Algunos puntos de Calahonda o Marbella también son lugares estratégicos para estas aves y la institución pública no permite que los caninos acudan a ellos por precaución.