Diario de lecturas

Adiós, El Hematocrítico: el inesperado fin del humor

El Hematocrítico, fallecido recientemente.

El Hematocrítico, fallecido recientemente. / L. O.

Parece que la muerte repentina de El Hematocrítico supone el final de Twitter en España tal y como conocíamos a esta red social, que ya ni tan siquiera se llama Twitter –cuesta dejar de utilizar un nombre tan familiar para usar el actual, un muy genérico y críptico X-. Leyendo lo que sus muchos seguidores y amigos han publicado sobre el padre del humor tróspido, con la muerte de El Hematocrítico hemos perdido mucho más que a un humorista y escritor de literatura infantil –yo le tengo un particular cariño a su blog A-Cero Azul-. Me ha apenado que entre los que le han recordado en estos días nadie se haya sincerado sobre lo mucho que le gustaba una polémica y su empeño en buscar camorra dialéctica, por algo reinó en Twitter, o que su mirada crítica tenía unos sesgos y tendencias quizá demasiado evidentes, además de que la ponía al servicio del mejor postor. Pero en este país, si te mueres ya eres un santo. La verdad es que yo también voy a echarle de menos –incluso soy de los que espera que The Nacho Martín Project siga adelante sin él-. Gracias por las risas y por todo lo demás. En fin, como la vida sigue, aunque ahora con algo menos de gracia en las redes sociales, en las librerías ya están frotándose las manos ante la previsible avalancha de compras. Ojalá esta vorágine consumista nos regale algún momento de humor.