Diario de lecturas

Los que siempre creímos en Italo Calvino

Italo Calvino siempre tuvo muchas papeletas para ser un clásico gracias a lo personalísimo y rompedor que fue desde el principio

Italo Calvino.

Italo Calvino. / L. O.

Han pasado cien años del nacimiento de Italo Calvino, y casi 30 de su muerte, así que creo que podemos decir que el italiano ya es un escritor que debemos calificar de clásico, por lo que siguiendo sus propias opiniones, tal y como las presentó en ‘¿Por qué leer a los clásicos?’, es ya la hora de volver a leer sus libros. Yo fui un lector voraz de sus cuentos, ensayos y novelas en un tiempo ya lejano, unos días en los que era inocente y curioso, y fue más la suerte que otra cosa la que hizo de mí un lector de Calvino y no de Colleen McCullough, por decir algo. También ayudó que buena parte de su obra estaba publicada en la colección Libro Amigo de Bruguera, de la que fui y sigo siendo un adicto y defensor. Así que es el momento, al menos para mí, de buscar por mis librerías y releer, por qué no, ‘La especulación inmobiliaria’ (1957), una de esas obras breves y divertidas tan propias de él y tan sagaces, acertadas y visionarias como pocas de su tiempo. A mí me parece que todo lo de Italo Calvino siempre tuvo muchas papeletas para ser un clásico gracias a lo personalísimo y rompedor que fue desde el principio, por lo que no ha necesitado el paso del tiempo, aunque sí haya servido para disipar las pocas dudas que les quedaran a los cuatro escépticos que siempre están haciendo guardia, esos que ya pueden buscarse otro hueso que roer.