Entrevista | Rafael Maldonado Escritor, editor y farmacéutico

Rafael Maldonado: «La literatura se inventó porque la vida no es suficiente, se queda corta»

El autor presenta el sábado en la Librería Luces (12.00 horas) 'De mis sombras, hijo', el segundo volumen de su 'Diario de cabotaje'. Refleja dos años de su vida hablándole al niño que acababa de nacerle a modo de pequeños fragmentos que alternan su día a día de farmacéutico en Coín y de escritor con libros de viajes y reflexiones

«Lo importante no es escribir y publicar sino saber mirar a las personas por dentro, poder captar detalles que los demás no ven en el corazón», asegura

Rafael Maldonado

Rafael Maldonado / La Opinión

Víctor A. Gómez

Víctor A. Gómez

El escritor, editor y farmacéutico malagueño Rafael Maldonado publicó en 2020 su primer tomo de diarios, 'Diario de cabotaje', con el subtítulo de 'Una inmensa soledad', narrado como una novela. Sorprendió el texto, escrito en tercera persona pero confesional y sincero al cien por cien: «Aquí no miento, esto es verdad, esto es mi vida, la existencia bipolar de un hombre de doble vida, que por las mañanas lleva bata blanca y por las tardes lee y escribe compulsivamente, una suerte de doctor Jekyll y Mr. Hyde», expresó entonces el autor. Ahora continúa la tarea con 'De mis sombras, hijo', un segundo volumen, editado por Confluencias, en que refleja dos años de su vida hablándole al niño que acababa de nacerle a modo de pequeños fragmentos, crónicas que alternan su día a día de farmacéutico en Coín y de escritor con libros de viajes, reflexiones metafísicas y unas primeras memorias. Maldonado presentará el libro el sábado en la Librería Luces, acompañado por José Antonio Montano, a partir de las 12.00 horas.

Si en el primer volumen utilizaba la tercera persona del singular para hablar del yo, aquí usa mucho la segunda, para dirigirse a su hijo. ¿Va a seguir evitando el yo? Por cierto, ¿cuándo y por qué se le ocurrió emplear a su pequeño como interlocutor para esta obra?

Me obsesiona la forma de los libros, el estilo, y me surgió en este caso al empezar a transcribir los años 2016-17, aunque realmente no son esos, sino mi vida entera, mi doble vida, en forma de crónicas, fragmentos, libros de viajes, etcétera. Hay mucho de unas primeras memorias contadas con mucho lirismo, eso que yo llamo lirismo sureño: infancia, amor, dolor, muerte, algo de humor... Umbral tenía razón: «El hijo, literariamente, es la hostia». Es tanto así que cuando hay un niño toda la vida se sacraliza en él; también la literatura.

Insiste en la idea de que vive y piensa como si la existencia se te escurriera entre las manos como lo hace el agua. ¿De ahí la necesidad de escribir, de dejar testimonio de uno incluso a sí mismo?

Supongo que sí. El escritor es el único mortal que no muere del todo, y deja la vida encuadernada para los que se quedan en el mundo. La literatura se inventó porque la vida no es suficiente, se queda corta. El lector vive muchas vidas y el escritor tiene la posibilidad de salvarse mediante la obra perdurable. Normalmente no se consigue, pero no por ello vamos a dejar de intentarlo.

Portada del libro

Portada del libro / Confluencias

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¿Siguen siendo sus maestros «los viejos del campo, los niños enfermos, las mujeres humildes que trabajan como mulas y los locos sin consuelo», como me dijo en una ocasión?

Sí, absolutamente. El primer tomo de 'Diario de cabotaje' comienza con un niño -de la edad del mío ahora, por cierto- enfermo del riñón y para mí es tanto o más literatura ese pequeño paciente que 'Anna Karenina'. La literatura de verdad no tiene tanto que ver con escribir y publicar, sino con saber mirar a las personas por dentro, poder captar detalles que los demás no ven en el corazón humano, y por eso es tan difícil escribir bien.

Una curiosidad, quizás impertinente: ¿Por qué ahora firma como Rafael Maldonado y no como Rafael García Maldonado?

Nada, me parece un apellido bonito y poco frecuente Maldonado; no hay un solo escritor con ese apellido a secas. No me gustan los dos apellidos en los escritores, y de paso le hago un homenaje a mi abuelo materno, que fue un médico extraordinario y un escritor notable al que yo no conocí.

¿Qué le gustaría que pensara su hijo cuando sea mayor y pueda leer este libro?

Me conformaría con que fuesen lectores a secas, aunque no lean mis libros. Si lo hicieran comprobarían que los quise aún más de lo que supe demostrarles. Para decir de alguna forma lo que no se puede decir se inventó la lírica, ¿no?