Ildefonso Falcones, novelista y abogado, cuenta por millones los libros vendidos: cuatro de «La catedral del mar» y uno de «La mano de Fátima». El abogado y escritor considera que la Guerra Civil es un tema ya «muy trillado» en literatura.

¿Cree usted que la novela histórica ha pasado de moda?

Confío que no. Ha habido un boom de novela negra, pero creo que hay lectores suficientes para novela histórica y negra.

Sigue compaginando la escritura con su despacho de abogado, ¿por qué?

Porque es mi trabajo y llevo treinta años ejerciendo como abogado. Estar escribiendo todo el día puede ser un soberano tostón. Es una forma de tocar con los pies en el suelo y conocer la realidad.

¿La novela histórica es conservadora por buscar el entretenimiento y no plantear asuntos actuales?

La novela es para mí entretenimiento; no se trata de si es conservadora o no. Hay escritores que buscan llegar a otras influencias en el lector, pero yo ni lo pretendo ni como lector me gusta: cuando me acerco a una novela sólo busco pasar un buen rato.

¿Se considera un escritor de género o se ve haciendo otro tipo de novela?

Una máxima que respeto es que si algo funciona, no lo toques. Si al lector y a la editorial les gusta la novela histórica y yo me encuentro cómodo en ella, mejor no menearlo, no vaya a ser que escriba un libro futurista y no me compren ni un ejemplar.

¿Escribiría sobre la Guerra Civil?

Ya hay diez mil novelas sobre ella. Es algo ya tan trillado que no vale la pena.

¿Sería capaz de enumerar las claves para escribir un best seller?

La fórmula de la Coca-Cola es secreta, pero en un best seller todo es visible, de la primera a la última página, así que cualquiera puede ver la clave: que sea entretenida, que enganche al lector, que pasen cosas, que no tengas que releer una página porque no has entendido el lenguaje…

¿Y por qué la mala imagen de los libros de éxito? ¿Son baja literatura?

¿El Museo del Prado es malísimo porque van millones de personas?

Aborda la expulsión de los moriscos en La mano de Fátima, ¿fue una muestra de que la religión va ligada al odio al otro?

En aquella época, sí. Soy católico y creo que hemos evolucionado hacia posturas de libertad. Religiones más tolerantes que la cristiana no las hay hoy en día. Y más en España, donde estamos asumiendo la integración, que a veces es dolorosa, costosa y hasta injusta. Otras religiones han involucionado en vez de evolucionar.

Se ha dejado ver con Mariano Rajoy en algún acto público. ¿Es positivo que el intelectual se comprometa políticamente?

Lo acompañé a conocer Santa María del Mar de Barcelona. Si me lo pide Zapatero, tal vez lo llevaré. Depende de cada persona y del compromiso que quiera adquirir. Y depende sobre todo de su objetividad e imparcialidad al opinar, porque hoy nos estamos encontrando con una intelectualidad que parece subvencionada y a veces es bastante difícil decir si sus manifestaciones son reales o interesadas. Yo no creo que sea mi papel. Cuando dejo de escribir, llevo pleitos; otros se ponen a hacer artículos para periódicos.