El Unicaja no para de dar pasos al frente durante las últimas semanas. Lejos de esa imagen que ha perdurado en el tiempo de que el cajista era un club lento a la hora de reaccionar en el mercado, los rectores de Los Guindos son ahora la envidia de las aficiones rivales por su rapidez y margen de reacción a la hora de solucionar los problemas que las lesiones han causado en el plantel de Luis Casimiro.

No es solo el fichaje de Axel Toupane, solo unas horas después de la desgraciada lesión de Dragan Milosavljevic el pasado verano, cuando jugaba en Atenas un partido amistoso de preparación para el Mundial de Japón con la selección de Serbia. Son también los fichajes en plena temporada de Darío Brizuela jugadores que han venido a mejorar una planificación deportiva que tenía algunas lagunas. Tiene todavía más mérito teniendo en cuenta que alguno de ellos (Bouteille o Brizuela, por ejemplo) estaban en las agendas de los mejores equipos de España de cara al próximo mercado estival.

El club ha dejado claro con sus últimos movimientos que está muy pendiente del presente, pero también del futuro. Del que es a corto plazo y del que es a más larga vista. Por eso, mientras los rectores cajistas intentaban estas últimas semanas arreglar el desaguisado que las lesiones han dejado en el plantel verde, también han seguido planificando el futuro dando pasos firmes en las renovaciones de dos de los estandartes de la plantilla cajista: Carlos Suárez y Alberto Díaz.

Las conversaciones avanzan con rapidez con los representantes de ambos jugadores y en las próximas semanas, incluso en días, puede haber muy buenas noticias en ambos casos.

La Opinión de Málaga ya publicó el pasado día 16 de enero un primer acercamiento entre José Ortiz, representante de Carlos Suárez, y el club. Desde entonces han seguido hablando ambas partes y ya hay un principio de acuerdo muy avanzado para la renovación del capitán hasta 2021.

Hay que recordar que Suárez termina contrato este próximo mes de junio. Es verdad que tiene un año más firmado (hasta junio de 2021), pero es opcional solo por parte del club. Es decir, que si el Unicaja quisiera, podría romper ese preacuerdo el próximo verano de forma unilateral (con una pequeña indemnización económica) y Suárez dejaría de ser jugador cajista.

No será así. Hay un acuerdo ya cerrado para que el Unicaja descarte esa cláusula opcional de salida y la renovación hasta 2021 sea oficial a todos los efectos. Otra cosa es el interés del entorno del jugador de que esa renovación se alargue al menos uno o dos años más, algo que el club no descarta, pero quiere acometer más adelante, una vez soluciones otros «frentes» abiertos.

Es evidente que Suárez es uno de los emblemas del Unicaja y que con 33 años es todavía un jugador al que le quedan dos o tres años a muy buen nivel, que él los quiere disfrutar vestido de verde cajista y que el club no puede dejarlo escapar. Parece que jugador y Unicaja están condenados a entenderse y este primer acuerdo hasta junio de 2021 será la antesala de otro de mayor duración, próximamente.

Además de Carlos Suárez, está a punto de renovar con el Unicaja el otro buque insignia de la plantilla cajista, el base canterano Alberto Díaz.

En el caso del jugador formado en la «fábrica» de Los Guindos, el club y su agencia de representación están estudiando una ampliación de su contrato que sí sería de varios años, sin que haya trascendido el número de temporadas definitivo.

En este caso, Alberto renovó el verano de 2017 por cuatro temporadas, por lo que tiene todavía un año más de contrato, hasta junio de 2021. Lo que se está barajando es una ampliación de entre dos y tres años más, además del que ya tiene firmado, mejorando la ficha prevista para el próximo curso.

Es muy evidente que Alberto se ha convertido en un jugador muy importante en el primer equipo cajista en los dos últimos años (incluso es un habitual con la selección española en las ventanas FIBA) y su sueldo no está acorde a su rol determinante en la pizarra de su entrenador. El club ahora mejorará su salario (incluido el del próximo año) a cambio de su continuidad vestido de verde durante dos o tres temporadas más.

Si no hay ningún contratiempo, ambos anuncios llegarán más pronto que tarde. La «marea verde» ya los espera con ilusión.