lunes santo

Estudiantes: ausencias, recuerdos y futuro

La cofradía de Estudiantes realizó una salida procesional marcada por los fallecimientos de sus hermanos Ildefonso Fernández-Baca y Javier Álvarez

Miguel Ferrary

Miguel Ferrary

La cofradía de Estudiantes vivió un Lunes Santo muy especial. En su cortejo había dos ausencias muy importantes. Ildefonso Fernández-Baca, que fue hermano mayor y persona de gran importancia en la historia reciente de la cofradía, y Javier Álvarez, que falleció repentinamente en esta Cuaresma a sus 37 años y que ha dejado un enorme vacío en los varales de la Virgen de Gracia y Esperanza y en la junta de gobierno.

Por eso, no era un Lunes Santo normal. Su procesión tenía un mayor sentido, de hacer presente en la memoria a estos dos hermanos ante su ausencia física. Y lo hicieron con detalles que demuestran la grandeza de una cofradía que siempre ha cuidado su futuro, y que atesora un enorme respeto a su pasado.

Los primeros toques de campana a la Virgen de Gracia y Esperanza correspondieron al padre de Javier. Un detalle sencillo, pero emotivo, que llevó el recuerdo de este hombre de trono a todos sus compañeros. Ildefonso también estuvo presente en la procesión. El paso de la hermandad por la Tribuna Oficial se hizo con la marcha "Mater mea", mientras que los toque de campana estuvieron a cargo de su hijo. Eso sin olvidar que la Virgen lucía una saya y una cruz pectoral que fueron un regalo del recordado Ildefonso.

Futuro

Pero si algo destaca a la cofradía de Estudiantes es que mira al futuro. Es su sello de identidad. Las largas filas de jóvenes nazarenos que se hacen cofrades desde muy pequeños. Son muchos y entre ellos volví a encontrarme con Pepe y María, dos hermanas que salieron el Sábado de Pasión con Jesús de la Clemencia y que este Lunes Santo eran nazarenos del Coronado de Espinas. Así el futuro es brillante.

La cabeza de procesión contaba con dos nazarenos que llevaban las antiguas túnicas del Cristo y la Virgen. Con las que empezó la historia de esta cofradía y que muestran, muy a las claras, cómo ha evolucionado la hermandad.

La cofradía realizó su tradicional encuentro con el obispo de Málaga, Jesús Catalá, en la plaza del Obispo, que este año tuvo como espectador excepcional al Nuncio apostólico en España Bernardito Auza. Pudo comprobar en primera persona como una sola cofradía puede llenar de jóvenes una amplia plaza de la ciudad.

La procesión se retomó con orden y rápidamente se desplegaron los nazarenos por la calle. Para hacer una idea de la gran cantidad de cantera nazarena que moviliza, mientras la cabeza de procesión llegaba a Carretería, el trono del Coronado de Espinas cantaba el "Gaudeamus Igitur" en la plaza del Siglo. Y las filas iban bien apretadas.

Poco antes del encierro llegará uno de esos momentos que quedan en la memoria. Una inmensa petalada desde dos balcones a la Virgen de Gracia y Esperanza. Un regalo a la Madre de los Estudiantes para cerrar un Lunes Santo especial.