Basuraleza
Arraijanal: una escombrera perpetua junto al mar
Vecinos que frecuentan este paraje vuelven a denunciar que la parcela de Arraijanal es la escombrera continua de los más desaprensivos. Reclaman al Ayuntamiento más vigilancia, una limpieza a fondo que no deje en el terreno posos de basura y más multas para los vándalos.
«Esto no tiene solución. Hace unos dos meses vinieron y limpiaron pero ya está otra vez lleno de escombros», comenta Francisco, vecino de la Loma de San Julián, que suele dar paseos con mucha frecuencia por la parcela de Arraijanal.
La Opinión regresa un año después a los terrenos de Arraijanal con Francisco y otros usuarios de esta parcela, que reiteran que aunque el Ayuntamiento actúa de forma periódica en las decenas de puntos con escombros que salpican estas tierras, al poco tiempo vuelven a acumularse, como ese tejer y destejer de Penélope, la mujer de Ulises.
«Ya mismo empieza la playa y todo esto estará lleno de escombros, esto es antiestético y antitodo», recalca este vecino.
A su lado está Antonio, también de la Loma de San Julián, que se detiene junto a una loma, pero de escombros, para indicar que además de sacos y puertas rotas hay un buen número de bidones de aceite usado de motor. «Esto lo veo todos los días», lamenta.
«Todo esto está diseminado de bolsas», añade Francisco, que señala este paraje con vegetación de litoral, lleno de pájaros, pero con estampas inquietantes como un puñado de bolsas de escombros, detrás de un matorral. Una flor amarilla pone la nota de color a la triste composición.
Un tercer vecino señala que el Distrito de Churriana pide a los vecinos que comuniquen este tipo de actuaciones vandálicas, «pero los vecinos no tenemos que estar avisando todo el rato; esto es una cuestión de concienciación pero también de ganas de actuar».
A este respecto, Francisco considera que el Ayuntamiento tiene aún mucho margen para actuar, por eso pide más limpieza y más control. «¿No tienen inspectores?, pues que actúen porque para eso cobran», recalca.
También aprovecha para pedir que en las zonas en las que las máquinas han entrado para limpiar, se retire el poso de basura que suele quedar y pone de ejemplo un descampado con el piso lleno de cristales y ladrillos machacados. Espacios como este llaman a la basura, advierte.
En su opinión, el que hayan desaparecido contenedores de gran tamaño de los polígonos es otro factor que ayuda al vandalismo.
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