Museo de Arte de Diputación

La Diputación adaptó el pliego del MAD a la oferta de Francés

Tras rechazar la primer propuesta del empresario, en la que se negaba a pagar el teléfono, internet, la limpieza o los catálogos del museo, el ente supramunicipal convocó un segundo concurso y pasó a asumir estos gastos

Fernando Francés, Elías Bendodo y el alcalde de Antequera, Manolo Barón.

Fernando Francés, Elías Bendodo y el alcalde de Antequera, Manolo Barón. / l.o.

La gestión del Museo de Arte de la Diputación (MAD) en Antequera también será este martes uno de los puntos a tratar por el pleno de la Diputación. El PSOE exigirá al equipo de gobierno que asuma la gestión del centro una vez que se cumpla el plazo del contrato con el actual adjudicatario, la empresa Gestión Cultural y Comunicación de Fernando Francés, en el primer trimestre de 2019, sin que haya una renovación automática por un año, como establece el contrato.

Conejo indicó que hay «muchas críticas» a la gestión de este museo por parte de la misma adjudicataria del CAC Málaga: «Ganaremos en transparencia, control, rendición de cuentas y pluralidad artística», indicó.

La gestión privada del espacio ubicado en la Casa Museo de los Colarte se adjudicó a través de un concurso público al que únicamente se presentó la citada empresa de Francés, que en primera instancia fue rechazada, ya que su propuesta «no se ajustaba al pliego». Según las actas de la mesa de contratación, a las que ha tenido acceso La Opinión, el procedimiento se declaró desierto en octubre de 2014 por diversos motivos. Entre ellos, la empresa determinaba que correspondía a la Diputación «el pago de gastos de telefonía e internet, cuando nada se había previsto al respecto» en la convocatoria. Tampoco acataba la propuesta del empresario cántabro la duración de mes y medio de las exposiciones temporales que exigía el pliego, proponiendo que este periodo fuese «flexible».

El texto del primer pliego estipulaba también que la empresa adjudicataria «debería aportar todos los medios personales, informáticos y materiales necesarios para la ejecución del contrato». Igualmente, la mesa de contratación señalaba que la oferta de Gestión Cultural y Comunicación «contradecía condiciones establecidas en los pliegos», haciendo «referencia a que se trata de una concesión administrativa y que debe existir un equilibrio financiero, cuando se trata de un contrato de prestación de servicios a riesgo y ventura del contratista». En sus conclusiones finales, la mesa de contratación indicaba que la oferta de Francés no se ajustaba al pliego y matizaba que «el licitador había usurpado la potestad de interpretación de los contratos que legislativamente resulta atribuida a la administración contratante».

Por estos motivos, entre otros, la Diputación decidió publicar una segunda convocatoria, a la que nuevamente solo se presentó la empresa del director del CAC. Resulta llamativo que en este segundo pliego, publicado un mes después de declararse desierto el primer procedimiento, se adaptara a los puntos en los que chocaba con la primera oferta del empresario, que acabó haciéndose con la gestión del MAD.

Así, la Diputación pasó a hacerse cargo de los gastos de telefonía, internet, agua, luz, vigilancia y limpieza del museo. No precisaba la duración de las exposiciones, tal y como hacía en la primera convocatoria, y además el ente supramunicipal asumía los gastos de instalación, transporte, montaje de las obras y los costes de la impresión de los catálogos. Igualmente, puso a disposición del adjudicatario distintos equipos informáticos y audiovisuales. Un cambio de proceder que no hace sino agrandar la sombra de sospechas sobre el poco transparente modelo de gestión que practica Fernando Francés.

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