Viaje a Fondo de Bikini

La serie que nació para verte feliz: 25 años de 'Bob Esponja'

El 1 de mayo de 1999 se estrenó en Estados Unidos, en el canal Nickelodeon, el primer episodio de 'Bob Esponja', serie animada que en este cuarto de siglo se ha convertido en fenómeno de la cultura pop intergeneracional

A la serie le costó arrancar: no fue hasta la mitad de la segunda temporada, bien entrado 2001, que empezó a despuntar en audiencia y convertirse en estratosférico fenómeno televisivo

Imagen promocional del filme 'Bob Esponja: un héroe al rescate'.

Imagen promocional del filme 'Bob Esponja: un héroe al rescate'. / L. O.

Julián García

El 1 de mayo de 1999, justo hace 25 años, la cadena Nickelodeon emitió en Estados Unidos el primer episodio de Bob Esponja. A lo largo de estas dos décadas y media, la serie creada por el malogrado biólogo marino Stephen Hillenburg se ha convertido en uno de los más colosales fenómenos de la cultura popular del siglo XXI. Aquí intentaremos desentrañar las razones del gran éxito de Bob Esponja entre niños y, sobre todo, adultos entregados sin complejos al soplo de vida de todos y cada uno de sus disparatados episodios televisivos y de sus estupendos largometrajes cinematográficos.

Seis meses antes de la fiesta de 20º aniversario, en 2019, la gran familia de Fondo de Bikini hubo de lidiar con la trágica muerte de Hillenburg a causa de la esclerosis lateral amiotrófica (ELA). Tenía 57 años. Había estudiado biología marina e impartido clases en un instituto oceanográfico, donde utilizaba como método de enseñanza un cómic con muñequitos de fauna y flora subacuática que él mismo había dibujado. Más tarde, Hillenburg dejaría la enseñanza y se dedicaría al arte y la animación. Trabajando en Nickelodeon, pudo dar rienda suelta a sus dos pasiones, la biología y el dibujo, creando Bob Esponja, serie de la que sería showrunner entre 1999 y el 2004.

La 'cangreburguer' de Bob Esponja: el secreto mejor guardado de Fondo de Bikini.

La 'cangreburguer' de Bob Esponja: el secreto mejor guardado de Fondo de Bikini. / L. O.

Nickelodeon emitió el 1 de mayo de 1999 aquel ya legendario 'Se necesita ayudante' en el que la esponja con pantalones cuadrados encontraba trabajo en la parrilla de la hamburguesería El Krustáceo Krujiente tras salvar a su propietario, el Señor Kangrejo, de una invasión de anchoas. El capítulo, pequeña maravilla animada de algo más de ocho minutos de duración escrita por el propio Hillenburg, daba pistas inequívocas del camino que tomaría la serie: los personajes carismáticos (el luminoso Patricio, el usurero Kangrejo, el avinagrado Calamardo), el universo chiflado de Fondo de Bikini o el frenesí visual evocador de los cartoons clásicos de Chuck Jones, Tex Avery y Bob Clampett.

A la serie le costó arrancar. No fue hasta la mitad de la segunda temporada, bien entrado 2001, que empezó a despuntar en audiencia y convertirse en estratosférico fenómeno pop. Han sido, hasta ahora, casi 500 episodios repartidos en 14 temporadas, así como tres largometrajes, dos estrenados en salas de cine, 'Bob Esponja: La película' (2004) y 'Bob Esponja: Un héroe fuera del agua' (2014); y un tercero, 'Bob Esponja: Un héroe al rescate' derivado directamente a Netflix por culpa de la pandemia.

Además de un aplaudido musical de Broadway, de casi una treintena de videojuegos para todos los formatos y soportes imaginables y de una extensa colección de cómics (publicados en España por Roca Juvenil), Bob Esponja cuenta con una precuela: 'Campamento coral', serie en la que se relatan las aventuras infantiles de nuestros héroes en sus veranos de ensueño, y de la que aparecen los primeros aperitivos, en forma de emotivos flashbacks, en 'Bob Esponja: Un héroe al rescate'. Y, también, un tronchante spin-off protagonizado por el formidable Patricio Estrella, de imbatible título: 'Patricio es la estrella', en la que nuestro héroe rosa conduce, por decirlo de algún modo, un late show.

Las legiones de fans

Por supuesto, el universo de Fondo de Bikini ha generado cientos, miles, millones de objetos de merchandising durante estas dos décadas y media. Y ha contado con abnegados fans como Pharrell Williams, Marc Jacobs, Karl Lagerfeld, LeBron James y Barack Obama. En el mediometraje Descubriendo la Atlántida (2007), David Bowie ponía la voz al personaje de Su Alteza Real. Y en el capítulo largo Bob Esponja y la gran ola (2009), Johnny Depp hacía lo propio con el surfero Jack Kahuna Laguna. También Keanu Reeves, David Haselhoff, Scarlett Johansson y Antonio Banderas se pasearon por la serie y sus películas. Ser fan de Bob Esponja siempre ha tenido algo cool.

Otras series

En el 2015, el crítico Juan Manuel Freire afirmaba que «si Los Soprano se considera la piedra capital de la tercera edad dorada de la televisión, Bob Esponja sería algo así como el equivalente en cuanto a series de dibujos para niños». Se refería a la influencia capital de su imaginación sin freno en estupendas series posteriores como Hora de aventuras, Tito Yayo o Steven Universe. Seguramente es eso, su desacomplejada dosis extra de locura, lo que ha fascinado -enloquecido, casi mejor- a niños y a adultos, prendados tanto por la frenética viveza de sus dibujos como por su capacidad, desde el desapego a cualquier forma de cinismo, para hacer del mundo un sitio un poco mejor: la ‘joie de vivre’, la inocencia, la amistad, la luminosidad y el desenfreno, puestos al servicio de la humanidad durante unos pocos minutos.

Además del estresante frenesí visual de la serie, que algunos médicos han considerado que podría afectar a la atención de los niños, uno de los aspectos que más ríos de tinta ha hecho correr entre la audiencia más rancia es la estrecha relación de amistad entre Bob y Patricio, pues ha habido quien ha querido detectar en ella supuestos tics homosexuales. El propio Hillenburg siempre habló de sus personajes como «asexuales», lo que no quita que el gamberro equipo de guionistas haya lanzado más de un saludable, y siempre hilarante, guiño autoconsciente.

Otro foco de controversia de la serie ha sido la dolorosa sumisión laboral de Bob Esponja, trabajador abnegado y feliz a pesar de ser duramente explotado por el Señor Kangrejo en las parrillas de El Krustáceo Krujiente. No es extraño, pues, que se le haya llegado a considerar como símbolo del precariado neoliberal.

Y... Patricio Estrella

El risueño Bob Esponja da título a la serie, pero Patricio Estrella, el mejor amigo de Bob, es su protagonista no oficial y, sin duda, una de las razones de su éxito. Doblado magistralmente por el actor César Capilla en la versión española, Patricio trasciende la condición de secundario de lujo para convertirse en uno de los mejores robaplanos de la historia. «Patricio es adorable. Es limitado intelectualmente, pero para él no existen prejuicios, dobleces ni límites en su corazón», explica Capilla.

Básicamente, se trata de una estrella de mar rosa vestida con bañador verde, con tripa pronunciada, sin trabajo conocido, de escasas luces, aunque todas sus apariciones son una caja de sorpresas que suelen mejorar exponencialmente el episodio.

Siendo tonto, Patricio puede tener asombrosas ráfagas de lucidez que le permiten sentencias del tipo: «Personas refinadas y sofisticadas como nosotros no deben ensuciar sus labios con obscenidades». Se atreve hasta con reflexiones metafísicas: «Dos personas no pueden tener el mismo sueño y, mucho menos, estar en ese sueño al mismo tiempo. Eso sería filosóficamente insostenible», afirma nuestro héroe rosa cuando Bob Esponja le pregunta: «¿Estamos soñando?».